HORACIO A. ROSETE BRIGNOLE
Dr. Horacio A. Rosete Brignole
martes, 18 de agosto de 2009
“De Espaldas al Río”, de Pablo Arieta será presentado en la Casa Quiroga
Por encima del valor literario que pudiera tener, el libro “De Espaldas al río”, recientemente editado por Pablo Fidel Arieta “El Chiche”, como se firma, tiene el valor de lo sencillo, de lo que se hace con placer y trasluce el buen humor de su autor.
Sentarse de espaldas al río Uruguay, es sin duda una costumbre muy salteña que ha sido muy criticada fuera del terruño. Se dice que más allá de apreciar y disfrutar la belleza de nuestro río patrio, los salteños, o muchos de ellos, prefieren darle la espalda, para observar a los paseantes por la costanera. Es que en una costumbre muy pueblerina, que aún perdura en nuestros días, la enorme mayoría de los salteños salen a pasear por la costanera los domingos y quienes están estacionados allí “se ponen al día” en los sociales.
Pablo Arieta, nació en Salto el 15 de diciembre de 1939, cursó estudios primarios en la Escuela 8 y cursó Secundaria en el “antiguo” IPOLL, hoy Liceo 5.
Letrista y fundador de la murga Canta Pueblo, estuvo “desde siempre” en el tema murguero. Fue presidente de la primera agremiación de murgas de Salto y Luego llegó a presidir la Comisión Honoraria Municipal de Fiestas y Eventos.
En su juventud compartió y disfrutó de un Salto que vivía una época de esplendor y de diversión de la que quienes la disfrutaron no la pueden olvidar.
Al libro de Arieta no se la debe ver tanto desde lo literario, sino como un aporte costumbrista, como un testimonio de un Salto reciente, pero que ya no existe. Después de todo, ¿qué mejor cosa que trasmitir lo que uno siente, sus afectos, sus vivencias para dejarlo, sencillamente como el valor de cosa vivida a quienes nos sucederán en la vida?.
El lo deja claro en su epílogo.
“Hace mucho tiempo que vengo escribiendo cosas de la vida.
No de mi vida precisamente. Sino de las cosas que viví en ella. Las románticas y las otras.
Los sueños y las utopías que siguen, todavía cruzando sobre mi mente.
Y es así entonces un poco, como se formó “mi libro”.
Se me fue mi ciudad con adornos de rejas.
Apareció otra ciudad con las rejas de celdas.
Pero así y todo, seguiré mirando mi río.
Soñando que algún día lo veré correr nuevamente
Limpio y claro como cuando me acercaba a su costa,
Justamente; a soñar mis poesías” .
A.R.D.
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