HORACIO A. ROSETE BRIGNOLE
Dr. Horacio A. Rosete Brignole
viernes, 31 de diciembre de 2010
Una obra que superó su imaginación
PUNTA DEL ESTE | DÉBORAH FRIEDMANN
Pablo Atchugarry está acostumbrado a imaginar. Lo hace con sus manos, antes de comenzar a trabajar cada bloque de mármol. Pero su propia fundación desafió esa capacidad: "Yo no imaginaba esto", asegura. "Esto" son las 50.000 personas que en la temporada pasada visitaron la exposición de Le Corbusier; y que la fundación se haya convertido en cuatro años en "un punto de referencia cultural del país".
La Fundación Pablo Atchugarry, ubicada en Manantiales, se inauguró para la temporada 2007 y crece año a año. Al edificio principal se le agregó otro para conciertos, exposiciones y también un restaurante.
Por estos días, Atchugarry muestra orgulloso las innovaciones para esta temporada: la ampliación del parque de esculturas, un escenario al aire libre y un espacio didáctico.
Primero desde Italia y luego desde Uruguay el escultor dirige personalmente cada una de las nuevas obras. Incluso, pasan por él detalles que pueden parecer mínimos, como la altura de los canteros. En su mente, hay una concepción global del espacio. "Plantamos lavandas aquí en el fondo, la misma flor que hay a la entrada", comenta.
Entre las obras de la Fundación y el trabajo en su taller, Atchugarry se hace tiempo para lo que más disfruta de Punta del Este: los encuentros. En especial los espontáneos, aquellos en los que está nuevamente frente a alguien que perdió de vista hace tres décadas o incluso más. También dedica parte de su tiempo a disfrutar de las playas, especialmente el contacto con el mar.
-¿Qué balance hace de la fundación?
-La fundación fue contruyéndose como se construye una escultura, de a poco, con paciencia, escuchando. Yo digo siempre que escucho la voz del mármol. Bueno, acá es la voz de todo, no sólo de la naturaleza donde está incluido el lugar, sino también de los integrantes. Vienen muchos artistas con múltiples ideas, con proyectos. A través de ellos se empiezan a conocer no solamente el trabajo de los que vienen de Italia y otros países, sino que ellos también absorben nuestra cultura. Es una idea de péndulo, el péndulo que atraviesa el océano, de una parte a otra; viene para acá, pero también se lleva.
Atchugarry explicita que tiene una teoría bastante particular con la emigración. Dice que no hay que tenerle miedo al fenómeno del que es parte. Muchos como él, afirma, deciden volver a sus raíces y volcar en su lugar de origen todo lo que aprendieron afuera.
En ese camino hay experiencias especialmente gratificantes. Hace unos días una maestra le trajo dos obras hechas con jabón, una donación "de los niños escultores. "Ellos vinieron acá y vieron todo este parque de esculturas, diferentes autores. Ese estímulo provoca la necesidad de hacer algo. El dar es recibir, y dando tanto se recibe tanto. Este parque de esculturas sigue creciendo y sigue dando un estímulo a nuestras poblaciones mas jóvenes; quién sabe qué ventanas se van abriendo en sus cabezas, qué nuevos horizontes están descubriendo", destaca.
Experiencias como esa y la cantidad de artistas que se acercan a la fundación llevaron a crear un espacio dedicado a la enseñanza, que estará abierto para encuentros de artistas, clases, talleres y conferencias.
La sala Miguel Ángel Battegazzore será inaugurada el 22 de enero, día en que el artista cumple 80 años.
ELEGIDOS. Atchugarry trabaja la mayor parte del año en Italia y durante el verano en Uruguay. Lo hace siempre en varias obras a la vez. Las más pequeñas, prefiere empezarlas y terminarlas. En las más grandes la dinámica es diferente. Por ejemplo, desde hace cinco años esculpe una pieza de 56 toneladas. A ese coloso le brinda tiempo y energía cuando tiene fuerza. Le dedica 10 o 15 días, avanza, vuelve a otras obras. Y el ciclo se repite.
-¿Cómo es el proceso creativo?
-Pienso que la obra no la hace solamente el artista, sino que el artista lo que hace es un encuentro entre su sensibilidad y la materia. La materia, en este caso, es una materia natural como el mármol, no ha intervenido el hombre. Es un arreglo que ha sido ofrecido por la naturaleza. Ese encuentro se da, por ejemplo, en las canteras. Yo voy en Italia y elijo un bloque entre cientos de otros bloques. ¿Por qué elijo ese bloque entre cientos que aparentemente son iguales?. Porque hay algo que es especial. Yo creo que hay ahí una vibración que se establece. De repente es él que me está eligiendo a mí. Es una imagen metafórica pero es así. Es como cuando nos sigue un perro callejero, de alguna manera el perro ya nos eligió. Acá la materia en una manera puede elegir a nuestro propio artista. El proceso empieza en esa relación entre la materia y yo.
Atchugarry hace algunas obras por encargo, pero no cree que eso condicione su proceso creativo. "A este punto de mi carrera, me dejan en completa libertad. Esa libertad fue ganada y conquistada y hay mucha obra donde la persona puede saber si le gusta", afirma.
En Italia Atchugarry pasa unas 12 horas diarias en el taller, ubicado en un sitio que alberga espacios de creación de otros artistas y donde el ingreso es restringido. En Uruguay, esa dinámica se flexibiliza. Lo que no cambia es el equipo que lo asiste: tres uruguayos que se mueven junto a él.
-¿Cuando empieza una obra tiene claro cómo va a quedar terminada?
-Tengo una idea bastante clara, porque la experiencia es muy grande. He visto numerosos bloques al inicio, a la mitad y al final, transformados en esculturas. Por lo tanto, tengo una idea muy concreta. Hay cosas que van cambiando y se van ajustando y van apareciendo nuevas ideas. Eso es lo interesante, que haya una recompensa creativa que signifique el encontrar sorpresas y cambios. Porque si uno conociera absolutamente todo sería ejecutar nada más.
- ¿Y queda conforme?
-En general sí quedo conforme. Eso me sucede incluso con obras que he visto con la distancia de varios años.
Cuando le piden que definan sus obras, Atchugarry no duda: "Siguen un largo camino de silencio". Cree que cada ser humano tiene su propio mensaje primordial para brindar, algo así como un papelito puesto en una botella, que puede tardar más o menos en encontrarse. Se descubre, dice, a través del trabajo. Es mediante la creación que logra estar más en sintonía con su propia esencia.
"Como definición, es una búsqueda infinita del propio lenguaje. Esa podría ser una definición. El propio lenguaje y la propia imagen van a ser siempre diferentes", señala.
-¿El mensaje va evolucionando?
- En mi caso es la relación de la sensación de libertad, de espacio. Todas mis obras son muy abiertas, tienen una verticalidad, que también se repite mucho. Esa tendencia a una verticalidad quiere decir una unión entre la Tierra y el cielo, entre lo que conocemos y desconocemos. Y ese es un poco el mensaje principal de mi obra. Incluso yo busco mucho las partes muy finas de la materia, los límites de la materia, porque es un poco la fragilidad que todos tenemos.
-¿Es una búsqueda constante?
- Sí, es una búsqueda infinita, seguís tratando de equilibrar esas fragilidades con las partes más fuertes, con todo tipo de elemento que nos ayude a comprender que recibimos esta Tierra pero que la tenemos que devolver en el mejor de los estados posibles. En este momento nos ha tocado a nosotros y tenemos una gran responsabilidad con el planeta.
Gurvich, arte contemporáneo y Dante
"Tenemos una enorme solicitud de artistas que quieren exponer aquí en la Fundación, muchos de muy buen nivel. El tema es que siempre tenemos poco tiempo en relación a las solicitudes. El eje central es que tratamos de hacer una muestra internacional que venga a Uruguay, para tratar de incluir al país en el circuito internacional del arte", explica Pablo Atchugarry. Todas las actividades son gratuitas.
Este temporada se presentan dos muestras internacionales. El próximo domingo 2 se inaugurará una exhibición de arte contemporáneo del Macba, un museo en formación en Buenos Aires. La apertura de la muestra se hará a las 20 horas y una hora más tarde habrá un concierto de Mathías Atchugarry.
"Esta muestra tiene nombres internacionales de gran peso histórico. Es una ocasión única para nuestra gente de poder ver una colección de este tipo, que ni siquiera está instalada en un museo", señala Atchugarry.
La segunda muestra internacional se inaugurará el lunes 10. Es Dante`s Inferno, la premiere mundial de 50 obras de arte basadas en La Divina Comedia, que fueron la inspiración de la película Dante`s Inferno Animated, presentada en el festival de cine de Cannes.
La programación de esta temporada también incluye la exposición Naturalezas muertas de José Gurvich que se extenderá hasta el próximo domingo 2.
Además, habrá varias actividades. Entre ellas, el 7 de enero inaugurarán el escenario abierto con la gala lírica "Las Sopranos latinas", con Claudia Ricitelli (Brasil), Eugenia Garza (México) y Luz del Alba Rubio (Uruguay). El 14 de enero habrá un concierto de violín y guitarra (Gintoli-Inchausti-Atchugarry), el 22 otra gala lírica y el 29 un concierto de Laura Canoura.
El escultor en sus palabras
Inspiración de su padre
Pablo nació el 23 de agosto de 1954 en Montevideo. Tuvo desde pequeño la inspiración de su padre Pedro, frecuentador del taller de Joaquín Torres García.
Escultor y emigrante
En 1979 descubre su fascinación con el mármol al realizar en Carrara su primera escultura. Retorna regularmente a Uruguay hasta que en 1982 decide establecerse en Lecco, como consecuencia del primer encargue de una gran obra, "La Pietà".
Retorno con la fundación
En enero de 2007 inaugura en Manantiales la Fundación Pablo Atchugarry con la finalidad de difundir las artes plásticas, la literatura, la música y el teatro.
El País Digital
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