HORACIO A. ROSETE BRIGNOLE
Dr. Horacio A. Rosete Brignole
jueves, 28 de abril de 2011
Artigas y Páez Vilaró marcan la presencia uruguaya en Buenos Aires
BUENOS AIRES / VICTORIA MOLNAR
Con un panel dedicado al prócer se conmemoró ayer el Día de Uruguay en la Feria del Libro de Buenos Aires y hoy a las 20 horas la biografía del pintor uruguayo escrita por Diego Fisher será lanzada al mercado argentino con la participación de un integrante de grupo Les Luthiers. Desde la Cámara Uruguaya del Libro destacan el éxito de la propuesta.
La presencia del país en la 37ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires tuvo ayer uno de sus puntos cumbres con el panel: "Bicentenario de la República Oriental del Uruguay" a cargo de los historiadores Ana Ribeiro, Carlos Demasi, Lincoln Maiztegui y Gerardo Caetano.
A sala llena y con un público en el que preponderaban los uruguayos residentes en la Argentina, el debate académico tuvo a la figura del José Gervasio Artigas como estandarte y de la mano de los expositores se convirtió en una amena y aplaudida charla sobre artiguismo e identidad uruguaya.
Desde la Cámara Uruguaya del Libro señalaron el éxito de la propuesta que llevaron este año a la vecina orilla. "La propuesta de este año para El Día de Uruguay se realizó en base a la movida en torno a los bicentenarios que se está dando en toda Latinoamérica y que en el caso de Uruguay se despliega en torno a Artigas. Incluso desde la Embajada (uruguaya) nos han expuesto que la gente se acerca a pedirles material sobre el ideario artiguista, es un personaje que a los argentinos les interesa y creemos que todo eso ha atraído a más argentinos que otros años", dijo a El País Alicia Guglielmo, una de las directoras de la Cámara.
En el stand uruguayo las ventas van muy bien, los libros más buscados son los de historia, literatura y turismo. "Como país somos de los expositores más antiguos, y este año ha sido una experiencia excelente sobre todo en el hecho de plantear contenidos uruguayos y aprovechar el amplio marco de público que este espacio plantea", agregó Guglielmo.
A los ejemplares sobre Artigas le siguen en venta los de historia política reciente, sobre todo aquellos que refieren al presidente José Mujica que, según los organizadores, "genera mucha curiosidad en los argentinos". Además, los compradores eligen la obra de Idea Vilariño, clásicos de la literatura uruguaya y libros sobre carnaval y candombe.
Un Les Luthiers presentará la biografía de Carlos Páez Vilaró
La presentación para la Argentina del libro de Diego Fischer: "Carlos Páez Vilaró. Hasta donde me lleve la vida" está prevista para hoy a las 20 horas en el stand de la Cámara Uruguaya del Libro y contará no sólo con la participación del pintor uruguayo, sino también con la de Daniel Rabinovich, uno de los integrantes más conocidos de la agrupación musical de humor Les Luthiers.
La biografía autorizada está disponible en Uruguay desde principios de abril y la actividad en Buenos Aires es organizada por la empresa editora Random House Mondadori cuyos representantes expusieron a El País que esperan amplia concurrencia de público atraída por ambas figuras artísticas.
Por último, cabe señalar que este es un año especial para la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, ya que durante el evento la capital argentina fue lanzada como Capital Mundial del Libro y la distinción otorgada por la UNESCO tendrá vigencia hasta el 22 de abril de 2012.
El País Digital
Lo recuerda?
A los 87, años el artista prepara una exposición para el verano y la publicación de dos libros sobre sus viajes. Activo como siempre, dice que "no hay que quedarse con el pasado".
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Páez Vilaró recuerda sus inicios de la mano del candombe, sus viajes por África y la tragedia de los Andes. Pero sostiene que sigue buscando nuevas sorpresas.
CARLOS TAPIA
Pese al largo del pincel las manos del artista están como se debe, todas enchastradas de pintura. Frente a él, sin atril alguno, apoyado sobre la mesa, el lienzo recibe los últimos trazos. Un grupo de gatos arropados por una variedad de rojos y un amarillo intenso son los más destacados protagonistas de la creación. A su alrededor, decenas de frascos guardan más colores de los que uno pueda creer existentes, brochas y pinceles de todo grosor descansan en medio del aparente desorden, enormes estanterías amontonan los marcos de los cuadros que aún no fueron pintados, y un minicomponente antiguo está franqueado por discos que van desde Miles Davis a La Reina de la Teja.
Carlos Páez Vilaró sonríe, aunque no logra disimular ese dejo de remordimiento por tener que abandonar por un rato su tarea. "Estoy terminando esta serie de cuadros, un nuevo color para mis 87 años", explica. Este quizá sea el rincón menos conocido de su "obra de arte habitable", su Casapueblo de Punta Ballena. Para llegar a él hay que atravesar habitaciones, pasillos, escaleras y otros recovecos de la laberíntica construcción. "La forma de la casa es lo que me mantiene vivo. Moverse acá adentro es mejor que hacer ejercicio".
Brigitte, Marlen, Mandela y Lady Di, sus gatos, conviven a diario con él en este recinto exclusivo para el arte. "Son mis amigos silenciosos", señala. También lo acompañan sus recuerdos. Un centenar de cajas azules, ordenadas prolijamente por año, guardan recortes de prensa de todas partes del mundo con entrevistas en varios idiomas. "Esto nunca lo miro, solo abro alguna de ellas cuando viene algún periodista". Después de preguntarle al cronista en qué año nació, abre una de las cajas de 1982. En ella las páginas ya amarillentas de la revista argentina Gente recuerdan los diez años de la tragedia de los Andes, de la que su hijo Carlos Miguel es sobreviviente.
"Este es un tema del que se habla mucho", se queja. "La gente sigue rescatando emociones que son marcantes. Más allá del abrazo de mi hijo cuando volvió, que me quedó grabado para siempre, este es un hecho más de la aventura de mi vida. Le tengo que asignar a esos tres meses lo mismo que al tiempo que estuve pintando y conociendo las culturas del África o a mis años en el conventillo Medio Mundo". Cuando en 1972 las autoridades dejaron de buscar el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, en el que viajaban los jugadores de rugby del colegio Old Christians, Páez Vilaró siguió en Chile, sobrevolando la cordillera en aviones privados.
Manipulando las hojas de la revista con temor a ensuciarlas, usando solo la punta de los dedos, confiesa: "Miro hacia atrás y veo mi pasado como si hubiese sido construido por otro. Me cuesta pensar que esta es mi vida metida en cajas azules. Aquí se nota que mi hobby es trabajar. Si me preguntan si soy pintor, escultor o escritor, la verdad es que no sé qué contestar, solo he tratado de tocar el arte".
-Sin contar con una formación académica, tiene un estilo propio que muchos universitarios podrían envidiarle. ¿Cómo se logra eso?
-El arte habita en todos, el problema es que no todos se animan a abrir esas puertas. Creo que el secreto está en el trabajo. Yo agarro un rubro, por ejemplo "la mujer", y pinto mujeres a matar. Las hago desnudas, vestidas, con frutas... A los jóvenes siempre les digo "intenten", no importa si no sale, tírense al océano. Hay que nadar, aunque las islas caminan hay que tratar de llegar a la orilla. Muchos reciben un diploma y dicen "ya llegué", a mí me encanta no llegar y tratar a toda costa de hacerlo.
-¿Aún no alcanzó la isla?
-Nunca se llega. Ahora estoy preparando esta serie de cuadros que se van a exponer en verano en homenaje a Rafael Squirru, un crítico argentino que ayudó mucho a los pintores uruguayos. Y en poquitos días voy a publicar dos libros, uno sobre los mares del Sur y otro sobre mi vida en África. Estas son las cosas que me ponen en la bicicleta y combaten a mi haraganería.
Medio Mundo, mundo entero. Páez Vilaró intentó, desde un principio, forjarse un destino propio. Para ello emprendió viaje, siendo muy joven, rumbo a Buenos Aires. Allí trabajó en una imprenta. Ganaba 30 centavos por hora y marcaba tarjeta a las cinco menos cuarto de la mañana. La suerte hizo que en ese lugar se imprimieran las revistas más importantes de la época, entre ellas las historietas del cacique Paturuzú. "Como buen fanfarrón uruguayo me dije: `yo también quiero hacer eso`. Fue así que mientras laburaba aprovechaba los despistes de mis jefes para hacer mis dibujitos. También me iba a los piringundines, a los cabarets, y dibujaba todo lo que veía".
Una enfermedad lo obligó a volver a Uruguay. Era la década de 1950 y el país tenía "nostalgia de tango, le faltaban las mujeres que iban a bailar, las orquestas como las de D`Arienzo". Sin encontrar qué pintar, buscando imágenes que sean dignas para sus hojas, decidió frecuentar basurales, entre ellos los de Palermo, sin imaginar que allí descubriría la esencia de su obra.
"Recuerdo que estaba pintando la cruz del Sur y escuché el ruido de los tambores. Perseguí el sonido y me encontré con una vieja comparsita de negros. Vi a los tipos tocando, con la sangre goteando sobre la lonja, pidiendo frutas para la Navidad y vintenes con una canasta. Había una vieja que parecía una joyería, llena de collares y con un abanico. Había un escobero brujo. También estaba el viejo gramillero, epiléptico, reumático, mirando el cielo, tratando de descubrir la inspiración para los medicamentos contra el mal de amores. Me metí dentro de la comparsa y sin darme cuenta llegué con ellos al conventillo Medio Mundo, que fue mi mundo entero. Y mi expresión fue así, tal cual: `¡Pero la gran puta, acá estaba la cosa!`".
Allí conoció a Juan Ángel "Cacique" Silva, líder de la desaparecida comparsa Morenada, referente histórico del candombe nacional y padre de Waldemar "Cachila" Silva, actual director de la agrupación lubola Cuareim 1080, que entre sus integrantes cuenta con el propio Páez Vilaró. "El año pasado me despedí, hay un momento en que tenés que decir stop. Los muchachos me hicieron una muy linda fiesta, pero me parece que les voy a tener que pedir disculpas porque en 2011 voy a desfilar de vuelta".
"Cacique" Silva le ofreció una habitación del conventillo Medio Mundo para que se quedase a pintar. "Recuerdo que el cuarto se llamaba Yacomenza, por una brasilera que vivía al lado y que cada vez que arrancaban los tambores decía: Já comeca o ruido infernal". Allí Paéz Vilaró compuso unas 300 canciones para distintas comparsas, empezó a salir en carnaval y pintó los primeros cuadros que se hicieron conocidos. Los hacía sobre cartón, con pintura para autos y con la sola razón de que estos sirvieran para organizar la puesta en escena y los diseños de los vestuarios.
Una mañana, mientras el futuro artista pintaba en la habitación, recibió una visita que marcaría a fuego el resto de sus días. "Vino un africano impecablemente vestido y pidió que le mostrara mis pinturas. Me morí de vergüenza, porque las tenía todas guardadas abajo del colchón. Ahí, yo mismo me asombré, no me acordaba de que había pintado tantos cartones. El tipo las vio, me pagó un pasaje a Argentina, y allá me recibió el director de una galería. Miró mis cuadros y me dijo: `¡Usted no tiene derecho! ¡Cómo se atreve a trabajar con pinturas para autos! ¿No se da cuenta de que sus trabajos pueden ser comprados por un coleccionista?` Ahí le expliqué que no tenía un mango y me organizó la primera exposición. Poco tiempo después una millonaria argentina compró un cuadro".
Buscando la negritud. Golpean la puerta y el relato de Páez Vilaró se interrumpe. Es su secretaria, que viene acompañada de un admirador del artista. Es un argentino, viajó desde Mendoza a Punta Ballena para comprar uno de sus cuadros y sacarse una foto con él. "Son muy cariñosos conmigo. La opresión del afecto me emociona mucho. Y vienen personalidades de todo el mundo. Para mí, estar acá, es una manera de seguir viajando".
Los viajes son un capítulo significativo de la vida de Páez Vilaró. Una vez que sus pinturas se hicieron conocidas, visitó todos los países donde los problemas raciales hicieron historia. "¿Cómo no iba a ir a África a ver dónde nacieron los ancestros de estos negros que me acompañaban?" En Tahití, la más grande de las islas de la Polinesia Francesa, pintó los murales de una casa de Marlon Brando a cambio de alojamiento. Y viajando en barco por varios países se le ocurrió la ambiciosa idea de grabar un documental sobre la situación de los negros africanos. La película, llamada Batuk, cerró el Festival de Cannes. Eso le permitió conocer personalidades como Brigitte Bardot y Andy Warhol.
"Tuve la suerte de estar en París en el mejor momento. Yo fui amigo de Aristóteles Onassis y estuve con Bob Dylan", cuenta. Una cartulina pegada sobre una madera, y apoyada en uno de los rincones de la habitación, dan fe de ello. Allí se pueden ver fotos de Páez Vilaró con estas personalidades y otras tales como Ernesto "Che" Guevara, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Astor Piazzola -que musicalizó su segunda y última película, Pulsación-, Ramón "Palito" Ortega y Carlos Menem. "Esto antes estaba en el museo, pero pedí que lo sacaran porque me parecía una exposición de vanidades. Además, como hay políticos, alguna gente se enojaba y tapaba alguna de las fotos".
Cuando Páez Vilaró camina por la planta baja de su Casapueblo, la obra de arte que él construyó sin tener conocimientos académicos sobre arquitectura, los visitantes se abalanzan sobre él. Un grupo de españoles le piden que firme un libro que agrupa sus más importantes obras, algunos argentinos quieren fotografiarse a su lado, y un matrimonio de chilenos le recuerda, con los ojos empañados de lágrimas, la tragedia de los Andes.
"Me gusta recibir este cariño, pero no hay que quedarse con el pasado, hay que seguir haciendo cosas. Siempre fui un buscador de sorpresas. Siempre dije que para mí la vida es un corredor lleno de puertas". Y él, casi con nueve décadas encima, no se cansa de abrirlas.
Casapueblo, un rompecabezas gigante
Sin saber de arquitectura, ayudado por amigos más idóneos, pero sin renunciar a su "imaginación instante", Carlos Paéz Vilaró logró construir, "como si fuera un rompecabezas", una de las casas más emblemáticas del país, y más visitada por los turistas que llegan al Este. Casapueblo, ese sueño que se hizo realidad gracias a su capricho y perseverancia, recibe a unos 60.000 turistas de todas partes del mundo cada año. "Quien viene a Maldonado, viene a Casapueblo", asegura el artista.
Nació como una pequeña choza que sería utilizada como atelier, pero hoy alberga a un enorme museo, engalanado por obras suyas y de otros artistas como Salvador Dalí y Pablo Picasso, y a un gran hotel.
Luego de terminar la ambiciosa construcción, en la década del 80 Páez Vilaró realizó otra de similares características en el Tigre, en Argentina, país que visita regularmente para hacerse chequeos médicos. "Fui operado dos veces del corazón y tengo que cuidarme", explica.
Vicio por la vida
"Es emocionante la vida. Y yo siento como un vicio por ella. Yo ahora estaba pintando, podría estar caminando o descansando, pero no, a mí me gusta trabajar".
"Acá vienen miles de personas por año, pero lo más importante de Casapueblo es la visita de colegios. En invierno vinieron 300. Para nosotros es como un baño de emoción, los patios se llenan de guardapolvos blancos y moñas azules. Una de las cosas que me queda por hacer es un monumento a la maestra".
"Tengo en el debe hacer algo por los ciegos. Me encantaría armar un circo dinámico para la gente que pasa por la vida sin conocer el color. Con escaleras que suben y bajan, flecos que pasen por la cara, perfumes. Es una idea muy loca y precisaría la ayuda de artistas de otras partes del mundo".
"Conozco a muchos nuevos talentos, pero la verdad es que del Uruguay estoy muy lejos, porque vivo prácticamente siempre acá".
"Yo intento hacer un acto de Navidad por día. Al menos darle una sonrisa a un hombre que está triste, o ayudar a una viejita a cruzar la calle. Con eso ya cumpliste, te ganaste el día".
Lo recuerda?
Este jueves 7 de octubre a las 20.00 horas en el Tetro Larrañaga, se lleva a cabo la final del certamen de coreografía y teatro en el marco de la semana de la juventud, organizada por la oficina de juventud de la intendencia de Salto.
La semana de la juventud que tiene ya sus instancias finales, tendrá esta noche en escena a los jóvenes que participan en los rubros coreografía y teatro. En primera instancia se desarrollará el certamen de teatro con la participación de tres grupos y en segunda instancia una vez finalice teatro doce grupos participan en certamen de coreografía.
CERTAMEN DE TEATRO
HORA 20.00
* Grupo cantos rodantes
* I.P.R.U.
* Grupo Sinapsis (Colonia Lavalleja)
CERTAMEN DE COREOGRAFIA
HORA 21.00 (aprox. una vez concluido el certamen de teatro)
Orden de actuación de los grupos de coreografía
* HUELLA (Colonia Lavalleja)
* I.P.R.U.
* LA REDOBLONA
* SIN LIMITE (Pueblo Fernández)
* CORAJE (Colonia Lavalleja)
* VEINTEUNIDOS
* NEW TIME
* YEKERÉ
* LA RUEKA
* GRUPO 2do.
* MISION VIDA - BERACA
* EL QUESO LEO
Diario Salto - Miércoles 6 de octubre de 2010.
Ballet del Sodre en Teatro Larrañaga
Este martes 21 de setiembre el Teatro Larrañaga de Salto recibe al ballet del Sodre dirigido por Julio Bocca, en conferencia de prensa realizada en la mañana de este lunes, en casa de Gobierno Departamental el intendente Germán Coutinho, la secretaria general de la Intendencia, Cecilia Eguiluz; el bailarín internacional argentino Julio Bocca, director del Ballet del Sodre y su bailarina principal, la duraznense María Noel Richetto, brindaron detalles de la gira y de la presentación en nuestra ciudad.
conf_juliobocca.jpgCoutinho destacó la importancia de tener en nuestra ciudad esta iniciativa cultural y agregó "es un gran honor poder contar con la presencia de Julio Bocca, de todo el equipo que lo acompaña, de todos los protagonistas de este emprendimiento, por lo que significa de alguien que realmente esta cumpliendo una tarea fantástica, fenomenal, fuera de lo común, un ciudadano que ha tomado el Uruguay como su país, que ha asumido responsabilidades y que no solo lo ha elegido para vivir, si no para colaborar , para apoyar, participar y ser parte y ayudarnos como sociedad".
Julio Bocca agradeció el esfuerzo de las intendencias para poder tener el ballet, agregó que ya están en al recta final de unas tres semanas de gira, "uno va viendo las diferencias de los departamentos y lo que si uno saca de todo esto es que la gente tiene ganas de ver cultura, de ver espectáculos y el apoyo que estamos teniendo es maravilloso , es un lindo trabajo que estamos haciendo, todo el apoyo que estamos teniendo es muy bueno porque el ambiente es muy lindo, estamos siempre alegres, cansados pero alegres, y trabajando mucho para que todo Uruguay tenga la posibilidad de ver y elegir si gusta o no el Ballet. Siempre me intereso que el ballet sea una elección de la gente y no una imposición que hay que entender o hay que ir bien vestido, si no que se puede ir con el mate debajo del brazo y disfrutar de un espectáculo maravilloso" dijo Bocca.
El espectáculo comienza a las 20.00 horas en Teatro Larrañaga, según información de Bocca constas de dos partes, viajaron 27 bailarines, más Maria Noel Richetto (bailarina invitada - uruguaya que trabaja en Estados Unidos).
Ante la consulta de cómo encontró el ballet del sodre al asumir la responsabilidad de dirigirlo, dijo" sufrió mucho porque era el ultimo y cualquier cosa que pasaba la orquesta no hacía funciones, el ballet siempre de relleno, nunca se pudo tener una programación o se organizaba y después no se podía cumplir, no solamente el ballet, si no el sodre en general al no tener un teatro, el no tener un lugar físico donde poder trabajar , realmente se disperso mucho, costo el entrenamiento sin embargo los bailarines siguieron trabajando, siguieron haciendo sus clases su entrenamiento todo, hace 38 o 39 años que no tenían su teatro y bueno encontrás un poco de todo, pero gente que esta en forma, gente que no, gente que ya de edad para bailarín ya pasó, (...) ahora en la compañía estamos trabajando 35 contratados y 17 del ballet estable, trabajando en conjunto 7 horas diarias, la verdad es maravilloso porque hay mucha gente joven, quizás que no tiene tanta experiencia como la que tiene la gente mayor, entonces la combinación de los dos, que la gente joven ve el profesionalismo , esa responsabilidad y la gente vieja ve las ganas el entusiasmo, esta buena esa comunión".
Diario Salto - Lunes 20 de setiembre de 2010
"Un pueblo al Solís" es un programa que traslada personas del Interior a presenciar espectáculos en el Teatro Solís. En el marco de ese programa, este viernes 3 llegan a la capital habitantes de Bella Unión para presenciar la pieza de teatro acrobático Donka, una carta a Chéjov, de Daniele Finzi Pasca.
En esta oportunidad llegarán dos ómnibus con unas 88 personas, que arribarán a la explanada del Teatro Solís sobre las 18.30 horas de ese día. Allí serán recibidos por personal del teatro para una visita guiada. Luego, a las 19.30 horas, se les brindará una merienda en el foyer, previo a su ingreso a sala para presenciar la obra, que comienza a las 21 horas.
Finalizada la misma, se trasladan al hotel donde pasarán la noche para, al otro día, hacer un paseo por Montevideo antes de emprender el regreso.
El principal objetivo es promover el acceso de ciudadanos de todo el país a bienes y servicios culturales nacionales que se encuentran centralizados en la capital, desde una mirada integral, descentralizadora e inclusiva.
Para octubre se tiene previsto el traslado en tren de un pueblo entero, de aproximadamente 700 habitantes, a presenciar la obra El enfermo imaginario, de la Comedia Nacional. La localidad seleccionada es 25 de Agosto, en Florida, aprovechando su vinculación con la red ferroviaria. Este año se completa con visitantes de Lascano (Rocha) y de Andresito (Flores), que en noviembre llegan a ver El enfermo imaginario, mientras que en diciembre vienen de Migues (Canelones) a asistir al ballet La Traviatta.
El País Digital
Se acuerda?
Turismo sostenible en Belén con el Arte
La ciudad se transforma para captar visitantes
En el marco de políticas activas para el desarrollo turístico sostenible de Belén, que se están llevando a cabo en la localidad, impulsadas por la intendencia, (a través del Departamento de Turismo) y con el apoyo de la Junta Local, los residentes y otras asociaciones empresarias y gremiales, se propone la construcción de un imaginario muralista que tiene como antecedente el mural de Carlos Páez Vilaró en la escuela 92 de Yacuy, ubicado en la entrada del pueblo.
La preservación y mantenimiento de este recurso de gran valor artístico resulta imperativo, no sólo como política cultural, sino como recurso turístico integrado a la oferta de Belén como centro de visitantes. En ese marco se pintaron cuatro murales durante la semana de Carnaval, cuyo diseño y ejecución estuvo a cargo de los alumnos Silvana Güerisoli, Giorgina Lacoste, Susana Cannella, Jorge Roldán, Daniel Bernaola y Lilia Trinidad, con la colaboración de niños y vecinos de Belén, todos ellos alumnos de los talleres Villa María y Municipal de pintura, ambos a cargo de la pintora Elsa Trolio de destacada trayectoria.
Estas obras pudieron ser apreciadas por decenas de turistas que llegaron en esos días a Pueblo Belén, gracias al comienzo de los paseos turísticos, organizados desde las Termas del Arapey
por Diego Fernández (SALTO) .
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