HORACIO A. ROSETE BRIGNOLE

HORACIO A. ROSETE BRIGNOLE
Artista salteño, según sus propias palabras: De profesión Artista, de oficio: Abogado" - "Nací en Salto, departamento del mismo nombre, en la República Oriental del Uruguay, un viernes 13 de julio del año 1926.- En plena "cuchilla", en éste departamento soleado donde las naranjas son mas rojas y mas dulces, y en el que las mujeres tienen las mas bellas pantorrillas, gracias a la topografía del terreno en que transitan. Por si Uds. no lo saben, mi país queda al Este del Río Uruguay, haciendo esquina con el Río de la Plata, al decir de Maggi. No tenemos problemas de razas, ni de religiones; no quedan mas indios.- Bernabé mató los últimos en el "Tacuabé", en el siglo pasado.- Somos pobres, pero... no tanto. Desde 1904 no tenemos guerras ni revoluciones.- La guerrilla "Tupamara" de los años sesenta fue una "revuelta de melenudos". Mi padre era dentista y mi madre, una de las mujeres mas hermosas. Mi tío-abuelo me regaló un pony alazan-ruano, y desde siempre me hice amante de los caballos. A los seis años garabateaba caballos, y por mi aficción al dibujo, me pusieron una maestra particular que me enseñó a hacer orejas como realmente son las orejas. Desde que mi madre pintaba al mejor estilo "Colegio de las Hermanas", dio en mis manos su caja de óleos y pinceles. Así nació mi vocación. María del Cármen, una fámula cálida, ayudante de mi padre, me inició en el gusto por las mujeres. Por no se qué razón me hice abogado, profesión que, a regañadientes, terminé ejerciendo con gusto y placer. Mientras cumplía los cursos académicos en la Facultad de Derecho, transité talleres y maestros: Lucas Gaffre, Milans Martínes, Cúneo, Pratti, Pareja .... y muchos libros. En 1948, envié un cuadro al Salón Nacional y me otorgaron "Carnet de Expositor". Desde entonces no he podido dejar de pintar. Como desde siempre fui muy enamoradizo, tuve muchas mujeres.- Tal vez amé a una sola.- Pero las cosas no fueron fáciles, ni se deslizaron tan lindamente.- Aún no lo son. Aprendí que el hombre tiene cinco sentidos que lo relacionan con el mundo exterior, que interactúan entre sí y degustan ese mundo.- Que su mente piensa, y que aún lo hace cuando no sabe que piensa, y que con su imaginación y sus crisis, se proyecta, racionalizando sus instintos de "primate": territorio, jerarquía, poder, sexo y amistad-enemistad con el grupo. Aprendí que el "órden" rige aún en el "caos" y que la impronta de un trazo y el color de un plano, signan un mensaje con sólo una ojeada. Aprendí que el mundo es bello, que la persona importa que lo mas mágico es vivir, vivir en libertad también, que es hacer y pensar lo que a uno se le ocurra, siempre que, al decir de Vaz Ferreira, que el sujeto haga y piense lo que debe. Mi compromiso es conmigo mismo y termina cuando yo termine." Falleció en el año 2000

HARB

HARB
Firmaba sus obras con la sigla "HARB" iniciales de sus nombres y apellidos aunque las primeras no, y acompaña el dibujo característico de la rosa, sus obras mayores se encuentran en diversas colecciones particulares

Dr. Horacio A. Rosete Brignole

Dr. Horacio A. Rosete Brignole
Foto: gentileza de la Artista Elsa Trolio, que se la puede observar en el medio de las tres damas. Gracias Elsa!! un fuerte abrazo para ti y tus afectos!!! Virginia Rosete

jueves, 29 de marzo de 2012

Uruguayos van por los premios en Toulouse





TOULOUSE | Con sus filmes inacabados bajo el brazo, cineastas de Colombia, Brasil, México y Uruguay han viajado a Toulouse para buscar el apoyo de Cine en Construcción, una sección que en 10 años ha ayudado a que un centenar de filmes de esa región vean la luz. La brasileña Julia Murat y el uruguayo Federico Veiroj son algunos de los cineastas que han presentado sus obras sin terminar en esta iniciativa organizada conjuntamente con el festival de San Sebastián. El festival de Toulouse "cambió todo" para la película La vida útil, de Veiroj, protagonizada por Jorge Jellinek.

Este año, son siete los filmes que aspiran a un premio en Cine en Construcción, entre ellos Cores, una historia de amistad y disilusión entre tres jóvenes, del brasileño Francisco García, y La Sirga, una película de William Andrés Vega marcada por el conflicto armado en Colombia. También compiten por el apoyo a la postproducción El lugar del hijo, una historia de desarraigo de Manuel Nieto, una coproducción uruguaya-argentina, y Tanta agua, una coproducción entre Uruguay, México y Holanda, de Ana Guevara y Leticia Jorge, que trata de unas vacaciones en familia en la que nada sale como debería. AFP

El País Digital

miércoles, 21 de marzo de 2012

Botticelli y Van Gogh en alta definición

Quizá Seúl, Johanesburgo o Los Ángeles le queden un poco a desmano. Para salvar la distancia entre el arte -confinado dentro de las paredes de los museos- y el público -esparcido a lo largo y ancho del mundo-, Google dio en 2011 con una solución virtual: la plataforma Art Project. Aunque ya existía desde febrero del año pasado, el proyecto, de libre acceso, se lanzó esta semana mejorado y ampliado exponencialmente. Google eligió París como símbolo internacional de la cultura para presentar la segunda fase del programa, que ahora permite a los internautas contemplar 30.000 obras de arte de los mejores museos y fundaciones del mundo en alta resolución. La puesta fue en el Museo de Orsay, templo recién reformado del impresionismo y uno de los 151 socios de 40 países que se han sumado al proyecto de la compañía estadounidense. El éxito de un experimento llevado a cabo en 2009 a medias entre Google y El Prado de Madrid supuso el germen de lo que dos años después sería Art Project. La empresa propuso al museo registrar algunas de sus piezas más destacadas para colgar las imágenes en su página web, y tras comprobar el interés que despertó la iniciativa se creó la plataforma, que hasta ayer albergaba algo más de mil imágenes en alta resolución procedentes de 17 museos de Europa y EE.UU. La versión renovada, además de haber multiplicado el número de obras y sus lugares de origen, incluye en su abrumadora web la posibilidad de realizar visitas virtuales con tecnología street view, esto es, con una visión de 360º, a 385 salas de 46 museos de todo el mundo. De las 30.000 piezas que se han digitalizado, además, una selección de 46 obras maestras, como El nacimiento de Venus, de Botticelli; La noche estrellada, de Van Gogh o El retablo de San Vicente Mártir, de Bernat Martorell, podrán apreciarse en una resolución de dos gigapíxeles, que permite observar detalles ocultos para el ojo desnudo. La máquina que fotografía las obras fue la estrella de la sesión de presentación en París. El Carro Google es un flaco artilugio blanco con ruedas, un visor, un teclado, y en la cabeza tiene una especie de bola redonda y negra que fotografía todos los ángulos posibles. Si hasta el momento el tipo de obras a las que se podía acceder se limitaba fundamentalmente a las pinturas, ahora se pueden consultar además esculturas, arte urbano y fotografías, artes decorativas islámicas o arte rupestre africano. "Es un proyecto vivo que tiene que seguir creciendo. Todavía quedan muchos museos por participar, y también otros tipos de arte, como mobiliario, restos arqueológicos...", señaló David Robles, director de Alianzas Estratégicas de Google Maps en España. El programa, que ya ha atraído a 20 millones de usuarios este último año, permite explorar el contenido por el nombre del artista, el de la obra, su tipología, el museo al que pertenece, el país o la época. También pueden crearse colecciones personales de obras o de sus detalles, que pueden compartirse con otros internautas. EL PAÍS DE MADRID El País Digital




LA HAYA | MIKE CORDER-API

Es, no es, es... Una naturaleza muerta que una vez se creyó de Vincent Van Gogh pero luego se bajó de categoría a un trabajo de un artista anónimo es de hecho del mismísimo atormentado maestro impresionista holandés, según se confirmó ayer.

El proceso que llevó a la confirmación de la autenticidad del cuadro parece un caso de detectives. Una nueva técnica de rayos X ayudó a expertos a reexaminar lo que ya sabían de Naturaleza muerta con flores del prado y rosas.

La radiografía detallada de una pintura oculta de dos luchadores y el conocimiento del período del pintor en una academia de arte belga llevó a un equipo de investigadores a concluir que se trata realmente de un Van Gogh.

La pintura es propiedad del Museo Kroeller-Mueller en el centro de Holanda y el martes pasado fue colocada entre otras obras de Van Gogh.

No hubo un momento de verdadera sorpresa para los expertos que estudiaban el cuadro, dijo Louis van Tilborgh, un investigador senior del Museo de Van Gogh en Amsterdam que participó en el proceso de confirmación.

"Cada pieza simplemente fue cayendo en su lugar``, expresó el experto a The Associated Press.

El lienzo de 100 x 80 centímetros (40 x 31 pulgadas) fue adquirido por el Museo Kroeller-Mueller en 1974 como una obra perteneciente a Van Gogh. Se creía que era de la época en que el artista vivió con su hermano Theo en París a finales de 1886.

"Pero cuando lo colgaron (en el museo), empezaron a surgir dudas`` de su autenticidad, dijo Van Tilborgh.

Expertos pensaron que el cuadro era demasiado grande para ese período, la representación del jarrón rebosado de flores y aún más flores sobre la mesa demasiado exuberante y recargada; y la firma estaba en una posición inusual para Van Gogh, en la esquina superior derecha.

Con las dudas apilándose, en el año 2003 el museo decidió atribuirle la pintura a un artista anónimo en lugar de a Van Gogh. Pero el trabajo detectivesco tampoco pudo terminar allí.

Una radiografía tomada cinco años antes ya había revelado una imagen vaga de dos luchadores escondida bajo esa Naturaleza muerta con flores del prado y rosas, que continuó interesando a los investigadores. Ahora, una nueva radiografía ha mostrado a los luchadores con más detalles, con las pinceladas y pigmentos usados, y todo apunta de nuevo al maestro.

Poner a los modelos a posar semidesnudos era una característica distinguida de la academia Antwerp, de Amberes, donde Van Gogh estudió a principios de 1886, lo mismo que el tamaño del lienzo, dijo el Museo Kroeller-Mueller.

Vincent le escribió a su hermano que necesitaba un lienzo grande, nuevos pinceles y pintura. Theo ayudó al pobre artista a comprar los materiales y una semana después Van Gogh le escribió de nuevo para decirle que estaba encantado con la pintura de los dos luchadores.

Van Tilborgh comentó ahora que las pinceladas y los pigmentos en la pintura de los luchadores también corresponden con lo que los expertos saben del trabajo de Van Gogh en Antwerp. "Comprobamos, por encima de cualquier duda, que la técnica y las pinceladas son típicas de Van Gogh. Los colores son los que él usaba en su paleta de aquella época", afirmó el experto.

Los luchadores también ayudaron a explicar la "inusitada exuberancia`` floral de la naturaleza muerta, dice el comunicado del Museo Kroeller-Mueller: Van Gogh tenía que cubrir en su totalidad la vieja imagen con su nuevo trabajo. La obra se puede ver en el museo ubicado en Otterloo, a 85 kilómetros de Amsterdam.

El País Digital



"¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?"

Vincent van Gogh


Noticia relacionada anterior: 18/02/12

Balada para un loco



Una biografía definitiva y una muestra de su obra, revivieron una vieja polémica: Van Gogh, ¿estaba loco? Hay quienes dicen que no y otros que eso no importa. ¿Un genio desequilibrado o un artista ambicioso?








Blake Gopnik (*)

Cuando Vincent van Gogh caminaba por la calle, los párvulos le gritaban "chiflado", y los padres pregonaban "ahí va otra vez el loco". Su padre intentaba mantener al joven Vincent tranquilo pero su madre con el paso del tiempo resumiría las cosas claramente: "Creo que siempre estuvo loco, y que su sufrimiento y el nuestro fue el resultado de eso". Van Gogh despotricaba, comía pintura, tomaba trementina y se cortó un pedazo de oreja. "Sentía mi propia enfermedad muy dentro mío", dijo en uno de sus momentos de calma.

Cualquiera sea el diagnóstico para todo eso (¿epilepsia temporal?, ¿desorden bipolar?, ¿esquizofrenia?), van Gogh, hablando claro y pronto, se comportaba como un loco. Esa es la idea general que se hace el lector que recorre las 900 páginas de Van Gogh: The Life, la biografía escrita por Steven Naifeh y Gregory White Smith.

Pero este nuevo recuento de la peripecia del artista también revive una vieja polémica: ¿es importante la insania del artista? Yo digo que sí, porque uno de sus objetivos era pintar su propio trastorno. Mientras usamos sus imágenes para decorar nuestros dormitorios y posavasos, no podemos perder de vista su radical agresión, su locura, y de cómo deliberadamente volcó esa locura en su arte.

La actual generación de expertos no coincide con eso. Cornelia Homburg, una de los curadores de Van Gogh Up Close, una nueva muestra en el Philadelphia Museum of Art, dice que encuentra "muy dificultoso que los actos de un artista como artista sean exclusivamente vistos a través del hecho que era una persona perturbada". Así que la muestra ignora a la persona y en su lugar echa una mirada a cómo van Gogh, el artista sistemático, gustaba de mirar las cosas de cerca y como consiguió así hacer una contribución crucial a la historia del arte moderno. Uno de los sectores de la muestra lo revela llevando sus naturalezas muertas a lo esencial. Otras lo muestran acercándose aún más hacia una mariposa solitaria o una rama llena de flores. Sus innovaciones se ubican en el contexto de la fotografía o los grabados japoneses de su época. La habitualmente revisionista historia del arte, ha revisado al loco desde su mirada. Las obras de arte "son suficientes por sí mismas", dice Joseph Rishel, el co-curador con Homburg de la exhibición en Filadelfia. Eso está bien, pero conviene recordar que en su época van Gogh era conocido como el hombre loco que pintaba unos cuadros que, incluso sus fanáticos, sentían que estaban locos por sí mismos. Uno de sus primeros admiradores dijo: "Es más fácil imaginar que de un día para otro se dejen de producir obras de arte, que imaginar que van Gogh se vaya a volver popular", y necesitamos tener en claro que eso quiere decir que era un loco imposiblemente impopular.

Esos cuidados primeros planos que se ven en Filadelfia también revelan la obsesiva mirada de un maníaco. La mariposa de van Gogh es más siniestra que científica; dos figuras escondidas entre las zarzas están más cerca de Munch que de Monet. Al acercarse tanto, van Gogh se liberaba de sus ataduras.

"Cuanto más cansado, más enfermo, más un cántaro roto, más artista soy", dijo, adhiriéndose a esa antigua noción de que arte y locura tienen un vínculo cercano. "Un grano de locura es lo mejor para el arte", era una de sus citas favoritas. A fines del siglo XIX, sin embargo, no se esperaba que el arte estuviera solo tocado por una inspiración insana. El arte se suponía revelaba al demente que lo hacía. "Quiero sentir lo que pinto y pintar lo que siento", dijo van Gogh y su audiencia esperaba que sus obras lo mostraran en el acto de sentir. El arte se había vuelto "un grito sufrido y triunfante desde el corazón", dijo un sabio, y las obras de van Gogh lo colocan como el gritador más convincente del arte.

"Cómo ha trabajado tu cerebro, y cómo debiste arriesgarlo todo en ese límite alejado donde el vértigo se hace inevitable", dijo Theo van Gogh, el hermano del artista y marchand de su obra, cuando vio las arremolinadas, destempladas obras que Vincent envió a París desde el asilo de Saint-Rémy. El nuevo arte propuesto por van Gogh y sus semejantes ("nosotros, los que estamos locos", como decía) fue creado y aceptado como un arte del trastorno. Van Gogh se jactaba de la "fealdad", la "vulgaridad", y la "terrible dureza" de su famosa pintura del oficial Zouave y de su pincelada "inquietante e irritante". De acuerdo a Theo "uno tiene que sacarse de encima los convencionalismos para llegar a su verdadero significado". Cuando surgió el impresionismo, en 1874, fue ridiculizado como "pura locura". Quince años después, van Gogh y sus colegas aceptaban esos insultos como si se trataran de los más grandes elogios. Cuando van Gogh se volvió la sensación del Salon des Indépendants de 1890, una crítica elogiaba sus imágenes pesadillescas, mientras un perfil anterior lo había calificado como un fanático cuyo arte era más que nada acerca del exceso, como un pintor medio loco que consiguió atrapar el pulso de la demencia total del mundo de fin de siècle. Ese era el único mundo -y el único mundo del arte- en el que tiene sentido el arte de van Gogh. El académico Aaron Sheon arriesga que van Gogh podría presentarse a sí mismo como "enfermo y excéntrico" para reflejar la visión de moda de que la humanidad se había deslizado hacia la ramplonería.

Mirándose en un espejo en junio de 1890, un mes antes de morir, van Gogh dijo haber visto: "la descorazonada expresión de nuestro tiempo". Sentía que vivía en un universo creado por un Dios que "no sabía lo que estaba haciendo, ni tenía idea de qué hacer con él". Ese es el mismo universo que los demás veían en las pinturas de van Gogh.

"La mayoría de la gente que está mentalmente enferma no es extraordinariamente creativa y la mayoría de las personas que son creativas no son mentalmente enfermas", insiste Kay Redfield Jamison, profesora de siquiatría en la Johns Hopkins University. Por otro lado, ha demostrado que los lunáticos están mejor representados entre los artistas que en cualquier otro lugar. Ella misma una maníaca depresiva -una condición que no esconde-, Jamison ha hecho coincidir los síntomas que van Gogh comparte con ella y otros bipolares (Hay evidencia genética también: la insania no corría por la familia de Vincent; galopaba). Rishel, el curador de Filadelfia, dice que para ser alguien tan famoso por "estar fuera de sus cabales", van Gogh demostraba una "sorprendente disciplina", pero Jamison no ve eso como una prueba de que su locura es irrelevante para su arte. "Claridad y lógica son perfectamente compatibles con los retrocesos y los derroteros de la enfermedad maníaco depresiva", escribió en su libro Touched by Fire.

Lo que es especial acerca de van Gogh es que para que su particular marca de arte disciplinado fuera un éxito en el momento en que lo hizo, tenía que expresarlo como si estuviera chiflado. No hace la diferencia que él fuera exactamente eso.

La historia siempre ha dicho que murió a causa de su enfermedad por un autodisparo en un estómago, como él mismo le dijo a los policías en su lecho de muerte. La nueva biografía revive otra posibilidad que hacía años que nadie la mencionaba: que uno de los atormentadores adolescentes de van Gogh, conocido por su gusto por las armas, fue de alguna manera el responsable. Si eso es cierto -y la evidencia no es tan débil- podría ser que van Gogh, al acusarse a sí mismo, decidió morir como el genio loco y atormentado que sus fanáticos estaban esperando que él fuera.
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años tenía van Gogh cuando murió por un autodisparo en el vientre. Nunca se encontró el arma.
Final. Una reciente biografía revela que quizás van Gogh no se suicidó sino que fue asesinado.
Un mal difícil de determinar

Oficialmente nunca existió un diagnóstico preciso sobre la enfermedad mental que padecía Vincent van Gogh. En 2002, un artículo del American Journal of Psychiatry se concluía que a pesar de que más de 150 siquiatras habían estudiado el caso, no se había podido llegar a ninguna conclusión. El diagnóstico más firme es que en los dos últimos años de su vida, padecía epilepsia psicomotora a la que poco ayudó el alto consumo de alcohol, particularmente ajenjo, del paciente.

(*) Newsweek. Blake Gopnik fue 10 años, el jefe de los críticos de arte del Washington Post.
Fuente El País digital


Noticia relacionada anterior
24/08/10


Detienen a viceministro por robo de un Van Gogh





Las Amapolas

vincent van Gogh

El Museo de Arte Moderno Mahmud Jalil de El Cairo cerró sus puertas al público el sábado pasado de mañana, inmediatamente después del robo de "Las amapolas", de Van Gogh, cuyo valor se estima en 55 millones de dólares. Una avería en el dispositivo de alarmas y cámaras video de seguridad del museo, facilitó que los ladrones pudieran llevarse la obra. Accionaron la alarma antiincendios para atraer la atención de los vigilantes y cortaron cuidadosamente la tela del famoso cuadro. Los investigadores afirman que fue un robo muy "profesional". Contrariamente a lo que las autoridades egipcias dijeron en un primer momento, el cuadro no ha sido recuperado. La detención de una pareja de turistas italianos en el aeropuerto de El Cairo poco después del robo, resultó un verdadero fiasco para la policía egipcia. "Las Amapolas" es uno de 304 óleos y 50 esculturas expuestos en ese museo, construido en 1920 próximo al Nilo, como la residencia del coleccionista de arte egipcio Mohamed Mahmud Jalil.

El fiscal general de Egipto Abdel-Meguid Mahmud ordenó ayer la detención del viceministro de Cultura, Mohsen Shalaan, junto con cuatro guardias de seguridad. Los acusó de negligencia y delincuencia profesional por la desaparición del lienzo "Las Amapolas", de Vincent Van Gogh. La obra, cuyo valor está estimado en 55 millones de dólares, fue robada el sábado del Museo Mahmud Jalil en El Cairo, según informó la agencia egipcia Mena.

Otros nueve empleados se encuentran bajo vigilancia y se les ha prohibido salir del país. La causa principal de estas acusaciones es que tan solo siete de las 43 cámaras de vigilancia funcionaban en el museo en el momento del robo, y que el detector de metales en la entrada y los sistemas de alarma de prevención de robos también estaban estropeados.

"NO PODRÁN VENDERLO". El ministro de Cultura Faruk Hosni dijo a la AFP que la búsqueda continúa, y que "las fuerzas del orden están en alerta en las fronteras y los aeropuertos".

En una entrevista publicada por el diario oficialista "Al Ahram", Hosni afirmó estar seguro de que esta tela de Van Gogh, de 63 centímetros por 57 centímetros, no podrá ser vendida.

"El ladrón no podrá vender el cuadro", aseguró, señalando que Interpol fue informada del caso a través del Ministerio del Interior.

"No me imaginaba que fuera posible robar un cuadro del museo Mahmud Jalil. Si se hubiera sabido que el sistema de alarma no funcionaba, se hubiera cerrado el museo", agregó el ministro.

El museo, que es ahora minuciosamente revisado por los técnicos de la Policía en busca de indicios, debía incluso cerrar dentro de poco para obras de refacción, dijo Hosni a AFP.

"El museo debía cerrar por varios días y su contenido, cuadros valorados en centenares de millones de dólares, debía ser transportado a las bodegas de seguridad de Bellas Artes", añadió.

El domingo, el procurador general Abdel-Meguid Mahmud se expresó en términos muy duros sobre los responsables del museo, calificando al dispositivo de seguridad de "fachada", y manifestó su asombro de que los controles fueran tan débiles, a pesar de la pequeña dimensión del edificio, que según él hubiera debido facilitar la vigilancia. Mahmud recordó además que la Fiscalía había lanzado una advertencia general el año pasado después del robo de nueve cuadros en el palacio de Mohamed Alí Pacha, un museo al norte de El Cairo.

Hosni declaró también que había pedido al jefe de las antigüedades egipcias, Zahi Hawass, que se contactara a la seguridad nacional para examinar los sistemas de alarma en todos los museos de Egipto.

Expertos estiman que Van Gogh pintó la obra en 1887.
El País Digital

domingo, 18 de marzo de 2012

Polémica búsqueda del Da Vinci perdido





MATÍAS CASTRO

Después de cinco siglos de misterio y treinta y seis años de búsqueda, la mítica obra "La batalla de Anghiari" de Leonardo Da Vinci, saldría a la luz. Un programa que hoy emite National Geographic a las 23 horas sigue la búsqueda y el hallazgo.

"La forma en que me acerco a los documentales es que me gusta contar historias y también tener acceso privilegiado", explica por teléfono a El País el periodista Max Salomon, director del documental El Da Vinci perdido. "Es una situación muy privilegiada para mí, estar metido en esta búsqueda que viene desde hace treinta y seis años", agrega.

El mural La batalla de Anghiari fue encargado a Da Vinci en 1503 por la república de Florencia. El pintor hizo su trabajo, pero nunca más se lo vio. La prueba de que alguna vez existió ha sido una reproducción realizada por Rubens en base a grabados de la época y que se exhibe en el Louvre. Pero en los años setenta apareció la versión de que la obra de Da Vinci estaba oculta en un muro del Salón de los Quinientos del palacio Vecchio, apoyada en que habían encontrado restos de la misma pintura que utilizó Da Vinci para hacer la Mona Lisa y el San Juan Bautista (un pigmento negro compuesto principalmente por un poco de hierro y manganeso, fragmentos de rojo y una delgada capa de beige).

La obra de Da Vinci se encontraría tapada por otra pintura: La batalla de Scannagallo, pintada por Giorgio Vasari en 1565 sobre la misma pared. La principal duda hasta el momento era si los restos de pintura indicaban realmente que la obra de Da Vinci estaba ahí abajo o que solamente se trataba de restos.

"Más que nada me gusta lo de generar confianza que se produce con los entrevistados, que te permiten contar su historia", cuenta Salomon. "Al final de todo es una historia humana, un drama, ya sea en un documental sobre el petróleo o la búsqueda de una pintura. Son distintos pero a la vez son historias emocionales, honestas, y eso es lo que me lleva. Y también tratar de entender qué hay allí. Es lo que está en la búsqueda de una pintura durante tres décadas, están sus luchas, sus emociones. Más allá de las cuestiones políticas y de las circunstancias, siempre hay un viaje emocional".

Su apunte sobre los puntos en común en su trabajo tiene que ver con la diversidad de temas que ha tocado. Ganador de un premio Emmy, ha producido, escrito y dirigido una gran variedad de películas, cuyos temas van desde el hallazgo de restos antiguos, los rebeldes en Afganistán, la realidad de la frontera entre EE.UU. y México y el tráfico ilegal de órganos. Su reputación, según señalan muchos, se debe a que en sus entrevistas suele apuntar a la historia personal de los protagonistas de sus documentales, ya sean doctores que roban órganos, científicos, oficiales de la Casa Blanca o agentes del Mosad.

El responsable de la búsqueda durante treinta y seis años es Maurizio Seracini, quien ha trabajado con el respaldo de figuras fuertes e instituciones como la Universidad de San Diego y la National Geographic. Pero no por esto ha quedado libre de polémicas. El principal punto que se le discute es que la investigación impulsada puede dañar gravemente el mural de Giorgio Vasari. El problema ha sido en parte que las evidencias definitivas sobre el mural se verán en el documental de Max Salomon que emitirá hoy la televisión, de modo que recién ahí muchos críticos verían lo que él tiene para decir.

Se supone que el fresco de Da Vinci mide diecisiete metros de largo por cinco, aunque los expertos han trabajado haciendo delicadísimas perforaciones para tomar muestras en una sección mucho menor de la pared. La estimación, además, es que en el mejor de los casos solo se habría conservado una parte de la obra oculta. Esto, por lo tanto, es una parte del proceso. Satisfecho con lo que ha registrado hasta ahora (en particular cierto momento de un hallazgo fundamental para la investigación de Seracini), Salomon afirma: "Probablemente Leonardo habría disfrutado de ver esta búsqueda de su pintura, porque es una competencia de ciencia, arte y tecnología tras una misma interrogante".

Más allá del estreno mundial de esta noche, El Da Vinci perdido ya tiene un régimen de varias repeticiones establecidas por el canal Nat Geo.
Quinientos contra la búsqueda

La controversia sobre los métodos de búsqueda que empleó Seracini en su investigación atrajo a muchos críticos. Quinientos intelectuales de todo el mundo redactaron un manifiesto contra la investigación y lograron que se suspendieran los trabajos durante unos meses a fines del año pasado. Entre esos críticos había autoridades como expertos del Louvre, la National Gallery y el Metropolitan y todos apuntaban a que los seis agujeros realizados sobre el cuadro de Vasari son terriblemente dañinos para la pintura. En esos orificios introdujeron una sonda endoscópica equipada con una microcámara para investigar los restos de pintura. Pero la técnica, para algunos, es muy agresiva. Alessandra Mottola, presidenta de Italia Nostra, organismo que se reveló como uno de los principales opositores al proyecto de investigación, decía que: "Vasari fue un gran admirador de Leonardo. No se puede ni pensar que tapara una obra de su antecesor, ni siquiera porque estuviera en mal estado. Estamos hartos de inventos publicitarios que se aprovechan de los bienes artísticos para sus fines de lucro..."

El País Digital


Noticia relacionada anterior: 1/05/11

El gran robo de La Gioconda




LUISA CORRADINI | LA NACIÓN

Hace casi un siglo, el lunes 21 de agosto de 1911, un carpintero italiano entró en el Museo del Louvre por la mañana, entre las 7.05 y las 7.10, atravesó varias salas y subió algunas escaleras sin cruzarse ni con guardias ni con empleados hasta llegar al célebre Salón Carré, donde se exhibían algunos de los tesoros más importantes de la pintura universal: Mantegna, Giorgione, Tiziano, Rafael. En una fracción de segundo y con una asombrosa sangre fría, descolgó el cuadro más famoso de todos: La Gioconda, pintada por Leonardo da Vinci entre 1503 y 1506 sobre una tabla de madera de álamo blanco de 77 x 55 centímetros.

Vincenzo Peruggia se escondió enseguida en la oscura escalera de una sala contigua, sacó un destornillador que tenía en el bolsillo, separó en cinco minutos el cuadro de su marco y lo despojó del escudo de vidrio que lo protegía. Se sacó el guardapolvos que vestía para envolver su tesoro y descendió con él debajo del brazo por el sitio que, normalmente, es el más transitado del museo: la majestuosa escalinata de mármol de la Victoria de Samotracia. Pero, como era el día semanal de cierre, nadie lo vio bajar ni salir por la misma puerta por la que había entrado.

En un instante se encontró en la calle. Tomó un taxi y se dirigió a su minúsculo departamento ubicado en el barrio del hospital Saint Louis, en el corazón de París. Posó esa joya del patrimonio artístico mundial sobre una desvencijada mesita donde solía comer y la cubrió con un trozo de terciopelo rojo. A las nueve de la mañana llegó retrasado a su trabajo, pretextando una supuesta borrachera la noche anterior.

Mientras el ladrón de La Gioconda se alejaba caminando por la rue de Rivoli, fueron varios los guardianes del Salón Carré que advirtieron el espacio vacío en la pared. Pero supusieron que, como ocurría habitualmente los lunes, se la habían llevado al estudio fotográfico del Louvre para retratarla. Por esa razón, durante horas, nadie se inquietó ni dio la alarma.

"Ese rectángulo de muro rojo, y los cuatro pernos que mantenían el cuadro, y que permanecieron fijados en la pared, se verían en el corazón del mayor escándalo que el mundo cultivado haya conocido, tal vez no desde el incendio de la biblioteca de Alejandría, pero al menos después de la invención de los museos nacionales", escribe el francés Jérôme Coignard, autor del reciente libro Une femme disparaît (Una mujer desaparece). Para escribir ese volumen de 356 páginas, Coignard investigó durante más de 12 años los pormenores de ese robo del siglo.

REACCIÓN LENTA. El martes por la mañana, el museo más visitado del mundo abrió sus puertas al público a las nueve. El primero en sorprenderse por la ausencia del cuadro fue el pintor Louis Béroud, que tenía -como muchos otros copistas- una autorización especial para reproducir las obras del Louvre. "Seguramente no tardarán en traerla. Debe de estar haciéndose retratar", le respondió el brigadier Poupardin.

Gracias a la impaciencia de Béroud, a las once de la mañana ya todos sabían que Mona Lisa no estaba haciéndose fotografiar. Mientras la tensión aumentaba al ritmo de las idas y venidas inútiles de los guardianes y directivos del Louvre, una tercera búsqueda permitió hallar el cofre de vidrio que protegía el cuadro y el marco.

La policía recién fue prevenida a mediodía, según el Louvre, aunque las autoridades dijeron que habían sido informadas a las dos y media de la tarde. A las tres de la tarde, por fin, el museo decidió cerrar las puertas al público, la noticia ganó la calle y la consternación comenzó a crecer como un tsunami en el gobierno.

Al día siguiente, 24 de agosto, los titulares de la prensa francesa y del mundo entero informaban con más o menos ironía de la desaparición del cuadro más célebre del mundo: "¡Qué inteligencia, cerrar la jaula cuando el pájaro ya voló!", tituló el periódico comunista L`Humanité.

Tras varios días de búsqueda infructuosa, los investigadores, las autoridades y, por supuesto, algunos periodistas descubrieron escandalizados la ausencia total de seguridad y de control que rodeaba las obras más célebres del patrimonio artístico universal.

Aunque sea difícil de creer, sólo después de la desaparición de La Gioconda, Francia estableció en los museos nacionales la obligación de pegar, en el sitio de la obra desplazada, una etiqueta con la explicación de las razones y la duración de esa ausencia.

El ladrón italiano. Condenado dos veces por la Justicia, sus datos figuraban en los archivos oficiales. Vincenzo Peruggia medía 1,61 m, era de frágil constitución, tenía ojos marrón claro y cabellos castaño oscuro. La policía poseía sus huellas digitales y conocía hasta la forma de sus orejas, "entre paréntesis, perfectamente proporcionadas", señala Coignard. Pero todos esos datos nunca serían utilizados por los investigadores que, por misteriosas razones, no fueron capaces de entrecruzar esa descripción con los numerosos indicios en su poder.

Como La Gioconda, su ladrón era italiano. Peruggia había nacido el 8 de octubre de 1881 en Dumenza, un pobre pueblo de la provincia de Como. Era el mayor de los cuatro hijos del albañil Giacomo Peruggia y de Celeste Rossi.

A los 12 años, Vincenzo había dejado la casa familiar para ir a ganar su vida a Milán, donde aprendió el oficio de pintor de brocha gorda y, después, de pintor decorador. A los 18, viajó a la ciudad francesa de Lyon. Allí comenzó a trabajar con cerusa y barniz a base de plomo. Volvió a Italia un año después, cuando aparecieron los primeros síntomas de saturnismo. Entre 1902 y 1908 viajó dos veces a París, donde -al cabo de algunas aventuras y sobresaltos judiciales- terminó empleado por la empresa Gobier, especializada en pintura, espejos y vidrios.

Apreciado por el dueño, Peruggia se ocupaba de los encargos de la administración pública, los grandes burgueses y los hoteles de lujo de la capital. Gracias a ese trabajo se produjo su primer contacto con La Gioconda, en 1908, cuando su patrón fue contratado por el Louvre para hacer la caja de vidrio que debía proteger la pintura. Así conoció los pasillos ocultos, los armarios más recónditos -donde se guardaban herramientas y utensilios de limpieza- y se familiarizó con la rutina de los guardianes.

Autor intelectual. Basándose en declaraciones del mismo Peruggia años más tarde a un periodista, Coignard piensa que el incitador del robo podría haber sido Otto Rosenberg, un estafador alemán de alto vuelo que, como se dijo de Valfierno, habría reclutado al italiano para perpetrar el robo del siglo.

Lo cierto es que durante dos años, por alguna razón, Peruggia tuvo el cuadro oculto en su habitación hasta que un día de 1913 se dejó tentar por un anuncio que leyó en un diario italiano. Un anticuario de Florencia ofrecía pagar buen precio por "objetos de arte de cualquier tipo". Ese personaje era Alfredo Geri.

El 29 de noviembre, Geri recibió una carta enviada desde París por un misterioso Vincenzo Leonard, que le decía: "Tengo La Gioconda y deseo devolverla a mi país". Desconfiado, aunque intrigado por la oferta, el anticuario le propuso que lo visitara en su galería de Florencia.

En el primer encuentro, Peruggia se presentó como un patriota italiano que estaba dispuesto a restituir La Gioconda a Italia a cambio de una recompensa de medio millón liras. "Sólo exijo la promesa de que nunca regresará al Louvre", le dijo.

El encuentro decisivo, finalmente, se realizó el 10 de diciembre. El galerista Geri, acompañado por su amigo Giovanni Poggi, director de la Galleria degli Uffizi, se presentó en el Hotel Tripoli e Italia, donde residía Peruggia. Envuelto en una tela roja, en el doble fondo de su baúl, el carpintero tenía el original de La Gioconda con el sello oficial del Louvre al dorso de la tabla.

Para ganar tiempo, Poggi le dijo a Vincenzo que, antes de pagar, quería someter el cuadro al peritaje de los expertos de la Galleria degli Uffizi. Mientras el ingenuo carpintero esperaba en el hotel, Geri y Poggi confirmaron la autenticidad del cuadro y alertaron a la policía. Peruggia se dejó detener sin resistencia.

Cuando fue juzgado, un año y medio más tarde, sus abogados consiguieron probar que había actuado por motivos patrióticos y obtuvieron una sentencia simbólica de un año y medio de prisión. Salió de la cárcel a los siete meses, en plena Primera Guerra Mundial.

La Gioconda volvió al Museo del Louvre el domingo 4 de enero de 1914, en medio de una movilización popular que tuvo aspectos de verdadera fiesta nacional. Su aventura había durado exactamente 2 años y 111 días durante los cuales -como corresponde a una de las mayores divas de la cultura universal- consiguió estremecer los cimientos del imperturbable mundo del arte internacional.
Cronología

21/8/1911. La dama desaparece. Minutos después de las 7, el carpintero Peruggia descuelga tranquilamente el cuadro y se lo lleva.

22 /8/1911. El Louvre se da cuenta tarde. Sólo un día después, las autoridades del museo notan que falta algo. A las 15 horas, cierran las visitas.

7/9/1911. Los policías están despistados. Detienen al poeta Guillaume Apollinaire e interrogan a Pablo Picasso, sólo para mostrar que hacen algo.

10/12/1913. Devolución en Florencia. Peruggia le entrega el cuadro al galerista Alfredo Geri. "Deseo devolverlo a Italia", dice. Lo detienen.

Fuente: El País digital

jueves, 15 de marzo de 2012

García Lorca en el Uruguay

RUBEN LOZA AGUERREBERE

El pequeño y singular libro llegó a mis manos gracias a la gentileza de nuestro ex director don Martín Aguirre, hace mucho tiempo. Se trata de un ejemplar que recoge en pocas páginas las andanzas que vivió entre nosotros Federico García Lorca. Esos papeles, hallados después de la muerte del poeta granadino, se publicaron durante la guerra. Para los coleccionistas baste consignar que lo publicó "Ediciones Ulises", sin fecha de edición. Escrito por el uruguayo Alfredo Mario Ferreiro, describe un viaje hacia el mar, bajo el título de "García Lorca en Montevideo".

García Lorca viajó en octubre de 1933 a Buenos Aires, y, en el paréntesis veraniego, el 30 de enero de 1934 lo hizo rumbo a Montevideo, acompañado por la actriz española Lola Membrives y su esposo, el empresario Juan Reforzo. En el puerto de Montevideo los aguardaban el embajador de España, Enrique Diez Canedo, el poeta Emilio Oribe, el novelista Enrique Amorím y José Mora Guarnido. García Lorca era una de las estrellas de la "generación del 27".

Aquí se había estrenado "Bodas de sangre", y Lorca pensaba terminar "Yerma" en Montevideo, pieza de la que había escrito los dos primeros actos.

Releyendo este librito, lo vemos, al principio, en su desordenada habitación del Hotel Carrasco, eligiendo una camisa marinera auténtica. Están sobre una mesita, se nos dice también, los libros de Sarah Bollo, con quien tuvo estrecha relación.

Después de tomar un café y rechazar un cigarrillo, emprende el viaje en auto con el narrador y Enrique Amorím.

El mar y la música importaban mucho a García Lorca; así lo confiesa él mismo. Como les dice que ha sacado "Bodas de sangre" de Bach. Estas son sus palabras: "Ese tercer acto, eso de la luna, eso del bosque, eso de la muerte rondando, todo eso estaba en la Cantata de Bach, que yo tenía". Y agrega: "Donde trabajo tiene que haber música".

A las cinco de la tarde, como en su poema, parten. En el recorrido por la costa todo entusiasma al poeta granadino: una sombrilla movida por el viento, una silueta entrando al mar, los colores de la tarde. Y es definido como "un niño grande".

Según la crónica de Ferreiro, Federico se deleita con el paisaje, los verdes que te quiero verde cerca de las dunas, en tanto la carretera se abre como una cinta. Confiesa que le parece estar en Castilla y en La Mancha. Cuanto ve a su lado, aquí, García Lorca lo define como "un paisaje humanizado".

Finalmente, llegan hasta Atlántida. El poeta camina hacia el mar, enfundado en su traje de marinero, con pantalones blancos, gesticulando y recitando en voz alta sus últimos poemas. Cuando la tarde se va, emprenden el regreso a Montevideo.

Y según cuentan estas páginas, García Lorca les hace esta confesión: "Yo lo hago, lo hago para que la gente me quiera; nada más que para que me quieran las gentes he hecho mi teatro, mis versos, y seguiré haciéndolos, porque preciso ese amor de todos".

Después de la vaporosa luna del atardecer llega la noche y, al fin, el poeta gitano retorna a su pieza de hotel. Este peregrinaje, eficaz ejercicio espiritual, ocurrió aquí, hace tantos años. Nos queda el eco de estas palabras.

Y se marchó. Como si supieran que no regresaría, los amigos que hizo aquí lo despidieron en el puerto de Montevideo, agitando pañuelos blancos, mientras su barco se alejaba. Adiós.

El País Digital




Libro vuelve a plantear que García Lorca puede estar enterrado en Uruguay









Federico García Lorca podría estar enterrado en Uruguay, según "El amante uruguayo. Una historia real", un libro de reciente aparición en España del que da cuenta este sábado Cadena Ser. El autor Santiago Roncagliolo plantea la hipótesis de que el amante uruguayo del poeta, Enrique Amorim, haya enterrado sus restos en el monumento
que le erigió en Salto.

Publicado el: 4 de febrero de 2012 a las 18:47

Por: Redacción 180

Los restos de García Lorca, fusilado en Granada en 1936 por el ejército franquista, nunca aparecieron. Se suponía que estaban en una fosa común cercana a Granada junto a los cuerpos de otros fusilados. Sin embargo, en 2009 se excavó el terreno y no se encontró ningún resto.


Ahora, el libro de Roncagliolo aporta la hipótesis de que durante una viaje a Europa en los cincuenta, el escritor y millonario uruguayo Amorim, habría sobornado al gobierno español para hacerse de los restos y traerlos a Uruguay.


Amorim y García Lorca se conocieron en Buenos Aires en 1933 y continuaron su romance en Uruguay. La relación está documentada en la amplia correspondencia que ambos mantuvieron. Su último encuentro fue en Madrid pocos días del comienzo de la Guerra Civil.


La crónica de Cadena Ser dice que en 1953 Amorim promovió el que sería el primer monumento al autor de Yerma, ubicado en Salto. “El día de la inauguración, una caja funeraria blanca fue enterrada junto al monolito conmemorativo. ¿Qué hay en esa caja? ¿Están los restos de Lorca? Es una hipótesis. Amorim desapareció durante unos meses en 1952. Nadie pudo dar con él. ¿Estuvo intentando sobornar a alguien para hacerse con esos restos?”, pregunta el artículo que además aporta una foto del día de la inauguración en la que aparece esa caja blanca.


Luego el artículo afirma que Amorim “fue un escritor irregular, que lo intentó todo para pasar a la posteridad (…) Hizo sus pinitos también en el cine, como guionista, e incluso rodó un documental sobre la obra cerámica de Picasso, con tan mala fortuna que midió mal la iluminación y la película quedó oscura”. “Millonario de nacimiento, se dedicó a sufragar a buena parte de los artistas que conoció. Y como esos artistas eran en su mayoría miembros del Partido Comunista, el se enroló también en sus filas. A los responsables del partido no les hacía demasiada gracia la presencia de un ‘burgués’ multimillonario, pero las ingentes cantidades de dinero que aportaba hicieron que esos dirigentes miraran para otro sitio”, agrega.


No es la primera vez que esta hipótesis se plantea. En noviembre de 2010, el semanario Brecha publicó una investigación de los periodistas Ana Inés Larre Borges y Juan M. Chaves que iba en la misma línea. Sin embargo planteaba reparos.






El simple hecho de cumplirse 50 años de la muerte del escritor salteño Enrique Amorim ameritaba escribir unas líneas. Sin embargo, una investigación que comenzó siendo bibliográfica, poco a poco fue tomando facetas detectivescas. La polémica venta de su casa, la desaparición de varios objetos de incalculable valor cultural, la aparición de documentos que hasta el momento eran desconocidos y un testamento con extraño contenido, fueron suficientes escusas para empezar a indagar. En medio de esta maraña de hipótesis y verdades a medias, un comentario cambió el eje de la investigación: “Hay una editorial española que desde hace tiempo viene haciendo preguntas sobre Amorim, por lo que dicen, sospechan que él trajo los restos de Federico García Lorca y los enterró al pie de su monumento en Salto”.

La conversación con la casera del chalet Las Nubes sucedió a principios de noviembre. El arquitecto francés Le Corbusier fue quien bosquejó el lugar en una servilleta y en base a ese dibujo se realizó la construcción. Cada rincón esconde una historia; allá arriba escribía Jorge Luis Borges, en aquella puerta se sacó una foto Bioy Casares, acá donde estamos sentados estuvo Horacio Quiroga con su hijo. Cada relato daba la sensación de que estas personalidades estaban ahí, escuchando la conversación, reclamando, tal vez, su participación en los relatos. Pablo Neruda, Victoria Ocampo, Guillermo de Torre, Manuel Mujica Láinez, Raúl González Tuñón, Marcos Ana, Nicolás Guillén, entre otros, estuvieron caminando por esos jardines y es casi imposible no imaginarlos.




Los detalles progresan y la historia se va recomponiendo. Como al pasar, entre nombre de personalidades que conocieron a Amorim suena el de Federico García Lorca, el poeta de Granada. No era de extrañar, Enrique era un trotamundos, y de acuerdo al círculo de amistades que compartían era probable que esta amistad sea posible. ¿Pero hasta qué punto?

Una pregunta deja al descubierto el misterio:

¿Imagino que esta casa será visitada por personas de todo el mundo?

Sí, constantemente vienen visitantes extranjeros, en su mayoría arquitectos que quieren conocer la casa. Pero últimamente han vendió varios españoles, acompañados por un escritor peruano. Eran un poco misteriosos. Cómo al pasar me dijeron que andan investigando a Amorim porque sospechan que él trajo los restos de Federico García Lorca y los enterró al pie de su monumento en Salto. Pero no me quisieron decir más que eso.

Como todo buen uruguayo, esta sospecha fue desacreditada inmediatamente. ¿El desaparecido más célebre de la Guerra Civil Española enterrado en Salto? Nadie lo puede llegar a creer. Sin embargo, nada impidió hacer unas mínimas averiguaciones sobre el origen de este rumor.

Tras las huellas

Desde el chalet Las Nubes por la avenida Enrique Amorim se llega a la Costanera Norte y de allí, siguiendo la margen del río Uruguay hacia el sur, se encuentra el primer monumento hecho en el mundo a la memoria de Federico García Lorca. El monumento consiste en un el muro de adoquines sobre el que están escritos versos de Antonio Machado: “Labrad amigos (…) un túmulo al poeta/ sobre una fuente donde llore el agua/ y eternamente diga:/ el crimen fue en Granada, en su Granada”. Rodeado por un jardín, tiene en su frente un enrejado antiguo pintado de rojo y amarillo (colores de la bandera española) y luego una escalera que lleva directamente al monumento. “Aquí tiene que ser”, dijo Amorim a su amigo Hugo Emilio Pedemonte en 1956.

Llegar al lugar con un trasfondo de misterio hacía sospechar de todo, esa piedra porque está allí, por qué esa frase de Machado, quién la construyó. Había que empezar con las averiguaciones sin hacer mucho revuelo, era importante que el rumor no creciera sin suficientes bases y que no se construyeran falsas esperanzas. Lo primero fue sabe quién era ese peruano que había tirado semejante “bomba”. El nombre surgió en una consulta, el peruano se llama Santiago Roncagliolo, un novelista ganador del Premio Alfaguara en 2006.

Ian Gibson, es el más consumado biógrafo de Lorca y quien reconstruyó rigurosa y minuciosamente cada detalle del crimen. El hispanista irlandés asistió a todo el proceso de la fallida exhumación y, para no volverse loco, llevó un diario de la búsqueda. Ese diario se convirtió en un libro: La fosa de Lorca. Crónica de un despropósito, que publicó en 2010 la editorial Alcalá, la misma que ahora ha hecho el convenio por toda la obra de Amorim y en la que trabajan Roncagliolo y Miguel Carini. La sospecha de Gibson de que tal vez a finales de los cincuenta se pudo pactar con Franco para sacar los restos de Federico, coincide con las fechas de construcción del monumento a Lorca. Amorim había viajado a la Unión Soviética y por Europa en 1954, y cuando volvió se puso en campaña para hacer un monumento similar al que había hecho a Quiroga para guardar sus cenizas.

Si los crímenes, como suele decirse, se descubren menos por la especulación que por la delación, también aquí hay una: digamos que es cándida y espontánea. En el blog de Rafael Ceballos, un editor español amigo de Roncagliolo, escribió el 25 de octubre de 2009: “¿Que tuviese la fortuna de encontrar testimonios, historia, fotos inéditas de Federico, ahora que está todo el revuelo de las fosas en Alfacar? ¿Que tuviesen cartas y documentos inéditos de Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Rafael Alberti...?¿Que tenga una hipótesis alternativa sobre dónde pueden estar descansando los restos de García Lorca?”. No nombra a Amorim, pero debajo de esta confesión coloca una fotografía del escritor salteño.

El sentido de todo este revuelo no queda muy claro. ¿Sería de esperar que los antropólogos forenses del Río de la Plata vayan un día en busca de los huesos de Federico García Lorca? ¿A quién le puede interesar abonar las dudas y sembrar una nueva historia, sobre la idea de que los restos del poeta granadino, infructuosamente buscados en España, puedan estar en Salto? Sería sin dudas una notable revelación.

Pistas

Lorca fue fusilado junto a otras víctimas en Granada en el verano de 1936. Siempre se creyó que sus restos estaban en la fosa común del paraje de Fuente Grande, en Alfacar, a 9 quilómetros de Granada. Pero en los últimos meses de 2009, después de una ardua tarea de excavaciones en ese lugar, “no apareció un solo hueso”, ni los suyos ni otros. Los herederos del poeta, se oponían a la búsqueda. Y en estos pocos datos ya hay indicios que apuntan a la conexión uruguaya.

Más pistas

Las distancias se acortan con las tecnologías, en una hazañosa búsqueda logramos intercambiar breves líneas con Ian Gibson sobre estas sospechas: “La posibilidad de que los restos del poeta estén en Salto me parece mínima. Llevar a cabo la operación de localizar la fosa, desenterrar los restos y sacarlos de España sin que nadie se enterara en su momento... es impensable. Una operación de tal envergadura habría sido imposible de silenciar y a mi juicio jamás lo habría permitido el régimen. No sé si se trata de un ‘stunt’ publicitario por parte de Roncagliolo. Esto es todo lo que le puedo decir por el momento”.


Esta investigación fue realizada junto a la periodista Ana Inés Larre Borges y fue publicada en noviembre de 2010 Semanario Brecha



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25/10/10

Preocupa posible venta del chalet de Enrique Amorim





La supuesta venta del chalet "Las Nubes" del escritor Enrique Amorim, por parte de los herederos, generó la preocupación de personalidades de la cultura, ya que es Patrimonio Histórico y se han retirado de la casa obras del artista salteño.

El arquitecto y artista plástico César Rodríguez Musmano -que integró la Comisión de los Festejos que organizó la Intendencia de Salto para celebrar los 100 años del nacimiento de Amorim el año pasado y recordar los 50 años de su desaparición física- alertó sobre el futuro de este edificio, en el que el escritor salteño escribió la mayoría de sus obras. En la carta que Rodríguez Musmano escribió a medios de comunicación, habló del desinterés del Ministerio de Educación y de las autoridades locales por preservar algo que es patrimonio nacional.

En "Las Nubes" Amorim hospedó a sus amigos Jorge Luis Borges y a Adolfo Bioy Casares, entre otros grandes de la literatura mundial, y en su interior se han llegado a lucir hasta pinturas de Pablo Picasso, de quien Amorim era amigo.

Al fallecer la esposa del escritor, Esther Haedo, por testamento el chalet quedó en manos de la única hija de Amorim, Liliana, quien falleció en junio pasado en Buenos Aires, donde residía junto a su familia.
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Ahora su esposo e hijas han decidido desprenderse del chalet "Las Nubes". Primero lo ofrecieron a la Intendencia por una suma de US$ 350.000.

Al no haber una respuesta favorable de parte del gobierno departamental -por considerar que el precio está sobredimensionado, con el agregado del deterioro del edificio- habría aparecido un particular que adquirió la casa que perteneciera al escritor.

REACCIONES. "Una de las cosas que llama la atención es que no aparece claramente la venta o no de la casa, pero hay que tener en cuenta que fue declarada patrimonio y, por lo tanto, no puede alterarse nada. Es decir que todo el material que incluía la casa era patrimonio, lo dice bien claro la ley, y, sin embargo, se han desmantelado prácticamente todos los materiales de Enrique que estaban adentro, como no están tampoco las obras, inclusive una de Pablo Picasso", dijo Rodríguez Musmano, un amplio conocedor de las obras de Enrique Amorim y allegado al escritor fallecido en el año 1960.

El artista plástico indicó que "por más que a la Intendencia no le den los rubros para hacer frente a una operación de este tipo, esto pertenece a la Nación y, por tanto, tiene que ver con el Patrimonio Nacional y diría que va más allá de nuestras fronteras". Rodríguez Musmano consideró que ya debería haber intervenido el Ministerio de Educación. "No es un elemento que pueda diluirse así de la forma como se está manejando, estamos tirando por la borda un rico patrimonio desde todo punto de vista: sociocultural, artístico y en lo que tiene que ver con la promoción del turismo selectivo que deben tenerse en cuenta".

Al haber finalizado un convenio firmado entre la Intendencia y la Comisión que se hacía cargo de organizar eventos culturales, así como de difundir la obras de Enrique Amorim, también se suspendieron las visitas al chalet "Las Nubes".

La falta de rubros para cubrir los gastos del personal de vigilancia determinó que, desde agosto pasado, no se permita más el ingreso del público a la que fuera la casa del escritor.
La cifra

350.000 dólares es el precio en el que la familia de la hija del escritor ofreció el chalet "Las Nubes" a la Intendencia de Salto.
El País Digital

miércoles, 7 de marzo de 2012

En el Centro Cultural del BID se exhiben “Artistas contemporáneos uruguayos”





En el marco de la Reunión Anual del BID en Montevideo, el Centro Cultural del BID presenta la exhibición “Artistas contemporáneos uruguayos”, con obras de 13 artistas.

La exposición, Artistas contemporáneos uruguayos, abre al público el 5 de marzo, en el Centro Cultural del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington, DC y rinde homenaje a Uruguay y a su ciudad capital, Montevideo, sede de la 53ª Reunión Anual de Gobernadores del BID.

El conjunto de 17 obras seleccionadas incluye pintura, grabado, escultura, técnica mixta y fotografía de 13 artistas contemporáneos en un momento crítico en la historia de Uruguay. Mientras cada trabajo se destaca como expresión artística individual; como grupo las obras reflejan una historia y tradiciones en común y reflejan las tendencias que están transformando la cultura y el ambiente del país. Las obras retan al espectador a plantearse ciertas preguntas: ¿Cuál es la perspectiva de cada artista y la del grupo en su conjunto? ¿Cuál es el panorama cultural y físico que influye en su modo de expresión?

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Publicado en Boletín N° 170 - Semana 6 de marzo 2012

domingo, 4 de marzo de 2012

Se inaugura una galería de arte en el viejo Tajamar






Mañana desde las 20 horas tendrá lugar en Carrasco una doble inauguración, dado que abre al público tanto una nueva galería de arte, como la primera exposición que se inaugura allí. Se trata del antiguo Tajamar, que renace con el nombre BG Moca.

La cita es en Lieja 6416 y Divina Comedia. El histórico lugar, que fue obra del gran arquitecto uruguayo Juan Antonio Scasso (1892 - 1973), ha sido recuperado y en él hay, además de un enorme jardín, un restorán, el museo y galería de arte BG Moca, y una tienda en la que se venden objetos vinculados con el museo, como remeras, posavasos, amatistas, o diversas piezas con el logo de la flamante galería.

Por su parte, la inauguración de The Bohemian Gallery and Museum of Contemporary Art Montevideo (BG Moca Mvd.) abrirá al público con una exposición de alto nivel, en la que se conjuga un alto exponente de la plástica internacional y una artista local de larga trayectoria.

Las obras extranjeras que a partir de mañana se exhiben allí son siete paneles sobre los pecados capitales, obra del célebre artista norteamericano William Seward Burroughs (1914-1997), famoso novelista, ensayista y crítico social estadounidense, quien además tiene una interesante producción vinculada con las artes plásticas.

De su autoría es la obra The Seven Deadley Sins (Los siete pecados capitales), de 1991, que se compone de grabados en madera y piezas de texto grabado, en una impresión limitada, firmada y numerada.

Burroughs, uno de los altos exponentes de la "beat generation" (a la que pertenecieron Jack Kerouac y Allen Ginsberg) fue también pintor y se hizo célebre por el empleo del "cut-up", una técnica que aprendió con el artista Brion Gysin, consistente en recortar frases de diarios y convertirlos en collages narrativos, a menudo imposibles de comprender.

La artista uruguaya que expone junto a estas obras norteamericanas en Águeda Dicancro, quien aporta cerca de una decena de esculturas de gran porte, realizadas en vidrio con otros elementos, como metales o maderas. Muy bien apoyadas por la iluminación, que juega con las piezas por ser esas transparentes, el objetivo es buscar un diálogo entre ambas creaciones.

Efectivamente, el diálogo entre las obras de Dicancro y las de Burroughs parece presentar dos puntos diferentes acerca del camino para ingresar o egresar de la fe en la Divinidad. Más allá de lo abstracto de las esculturas de Dicancro y, en el caso de Burroughs, más allá de su temática tan centrada en el pecado, cada uno de los artistas cuestiona la conciencia y los valores, entre otras singulares interpretaciones.

BG Moca Montevideo, cuya casa matriz está en Kansas, está dirigida por Virginia Robinson, una uruguaya que hace décadas vive en Estados Unidos, donde estudió Relaciones Internacionales en Berkeley, California, e Historia del Arte en Harvard, Massachussets. La apertura de este nuevo espacio cultural, cuya concesión fue otorgada por la IM por cinco años renovables, supondrá un nexo entre el arte norteamericano y el local.

El País Digital



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1/08/09


Expo-Feria de arte y artesanías en San Telmo a partir de hoy sábado








La muestra que congregará Pintura, Fotografía, Serigrafía, Arte Digital, Dibujo, Esculturas con pie entre otros, se llevará a cabo desde el sábado 1º al sábado 15 de agosto, en las salas Antoni Tápies y Joan Miró del Casal de Catalunya, Teatro Margarita Xirgu, Chacabuco 863 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con entrada libre y gratuita.

El objetivo será mostrar y vender el trabajo de los artistas y artesanos que con tanta pasión realizan sus obras: pintura, fotografía, serigrafía, arte digital, dibujo, esculturas con pie y todas las artesanías como el cuero, madera, arcilla, tela, metales, y mucho más.

La imaginación tiene como fronteras el Universo, será por eso que es vasto el mundo de la creación y por eso esta posibilidad de exhibir los trabajos de creativos en uno de los barrios más antiguos de Buenos Aires y un lugar turístico por excelencia como es San Telmo.

Por más información: latangueri@gmail.comEsta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla o (54 0221) 15 4400093.

Fuente: Hostnews Contenidos

viernes, 2 de marzo de 2012

Se inaugura la primera escuela integral de arte y creatividad





En abril próximo abre las puertas CARNE, la primera escuela integral de arte y creatividad en Uruguay. Si bien existen escuelas y cursos para creativos publicitarios así como para diseñadores gráficos, "no había en Uruguay una escuela que combinara ambos perfiles en una misma propuesta", explicó a El Empresario uno de sus directores, Esteban García.

"La idea es romper con esta clásica división entre creativos y diseñadores, para llegar a un único perfil de profesional capaz de concebir un proyecto desde el proceso de conceptualización y desarrollo creativo, hasta la materialización de la idea en un soporte visual", continuó el publicitario.

García, hoy creativo senior de Key Publicidad lidera el proyecto junto a Héctor "Coy" Muiño, director de arte en la misma agencia y asegura que su instituto se dirige a "los amantes de la creatividad y del arte". En ese sentido, el público objetivo engloba a diseñadores gráficos, web, redactores creativos, cineastas, productores o incluso jóvenes sin experiencia previa pero con ganas de introducirse en el mundo de la creatividad.

La propuesta es de escuela-taller. "Se prioriza la comprensión conceptual de las nociones a tratar, así como el desarrollo artístico de los estudiantes, por encima de un dominio mecánico de herramientas gráficas", explicó García.

Además de los dos directores, completan el cuerpo docente Matías "Maqui" Saravia, director de Arte en Yama Group, Diego Rosenblatt, director de fotografía independiente y Pablo Espinosa, diseñador senior en Notable Publicidad.

Para este primer año, CARNE ofrece un curso de siete meses que comienza el martes 3 de abril. Las clases se brindarán en los estudios de Minimal Producciones, ubicados en Colonia y Acevedo Díaz, irán los martes y viernes de 20.00 a 23.00 horas y el costo será de $ 3.200 por mes.

Fuente: El País digital


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20/06/09


Arte uruguayo







Del mapa de América del Sur, colocado al revés por Joaquín Torres García, al panorama actual del arte plástico uruguayo, muchos litros de pintura han corrido sobre telas y papeles. Intensidad, color, enormes o pequeñas superficies plenas de densas capas matéricas, surgen de la obra de una exultante generación de artistas que conforman un mundo ecléctico, riquísimo y vasto. A poco tiempo de la inauguración de una página en internet (www.arteuy.com.uy) que reúne y sistematiza el trabajo de más de cien artistas plásticos uruguayos y latinoamericanos.
Las cosas en Uruguay han cambiado, sobre todo después de la década del '80. A la salida de la Dictadura militar (1973-1984), y aún en años anteriores, el compás aúreo, la paleta baja y el canon constructivo, fueron dejados de
lado por algunos pintores más ocupados por la expresión libre del gesto o por la intensidad cromática. De allí surgió una nueva generación de pintores formados en los distintos talleres que suplieron a la clausurada Escuela de
Bellas Artes.
El resultado fue la aparición de una generación de artistas que se caracterizaron por la creación de obras con un elevado cromatismo y gran densidad matérica. Rostros desorbitados, hombres y animales alejados de su "imagen real", objetos, assemblages, collages, mundos imaginarios, fabulosos y mágicos,cuotas de surrealismo, neo-expresionismo y arte Pop, comenzaron a poblar la imaginería de los artistas plásticos uruguayos
Pinceladas violentas dirigidas a múltiples direcciones, incisiones con objetos punzantes, relaciones de escala alteradas, cromatismo desbordante,chorreados y manchas vehementes, se alternaron con otras búsquedas un tanto
más pacíficas y minimalistas, con destellos de humor y espiritualidad.El momento era propicio: la cultura uruguaya buscaba canales de expresión y enel exterior se desarrollaban nuevas corrientes.
Eclecticismo, intenso cromatismo, expresión de la libertad personal, superficies texturadas o lisas demuestran que, en Uruguay, los artistas plásticos no están atados a convencionalismos. Algunos aún rinden culto a Torres García, otros se apartan definitivamente de su escuela. Todos persiguen aquello que les resulta más caro: la libre expresión de sí mismos

jueves, 1 de marzo de 2012

Un grabado en aguafuerte del pintor español Pablo Picasso, valorado en US$ 65.000, que había sido robado en octubre de 2011 del museo Edgar Negret de Popayán, Colombia, fue recuperado. La obra fue incautada cuando un hombre trataba de negociarla en un establecimiento comercial de Popayán, y fue capturado el presunto responsable del robo, según indicó la fiscalía de esa ciudad. (AFP)


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8/12/10




Cómo ocultar 271 "picassos" 40 años

A. JIMÉNEZ BARCA | EL PAIS MADRID

Para el abogado de los herederos de la familia Picasso, Pierre Le Guennec es un pillo mentiroso, muy listo, con cara de buen hombre, que ha conseguido mantener en secreto y escondido un tesoro robado hace 40 años que ahora destapa para dejar una herencia a sus dos hijos y cuya impostura puede acabar con una condena de cárcel.

Para la abogada Evelyn Rees, de Cannes, sus defendidos, Le Guennec y su animosa y charlatana mujer, Danielle, son simplemente una pareja humilde de ancianos que ha vivido siempre del escaso sueldo del marido (algo que corrobora la policía), reconvertidos de golpe en protagonistas de una historia tan inverosímil como cierta, que arrancó una mañana de 1970.

"Ese día, el secretario de Picasso, Miguel algo, me llamó por teléfono para que fuera a arreglar el motor del horno que se les había estropeado en su casa de Mougins, que está cerca de donde yo vivo. Fui y se lo arreglé. Después volví mucho allí, a arreglar luces, enchufes, grifos, a poner un sistema de alarma por toda la casa", explica Le Guennec, muy despacio, mirando al suelo.

- Pero cuenta lo del sombrero, hombre, lo del sombrero, le ordena Danielle.

"Un día, en el que yo estaba arreglando las luces del jardín, el secretario ese, Miguel, me hizo llamar, y me dijo que me llamaba el maestro. Yo me acerqué. Estaban desayunando en la terraza. Picasso me indicó que me sentara a su lado. Y se fijó en el sombrero de paja que yo tenía. Jacqueline [Roque, última esposa de Picasso] me pidió que se lo regalase. Y se lo di, claro. Luego vi que lo había utilizado para un cartel de una exposición en Aviñón".

Después, un día de 1973, meses antes de que falleciera el pintor, cuando Le Guennec se iba para casa después del trabajo, Jacqueline se le acercó: "Venía con una caja de cartón y me dijo: `Para ti, de parte del maestro`. Vi que eran unos papeles, unos dibujos, pero no le di mucha importancia, lo metí en la camioneta y volví a casa. Al llegar los envolví bien y los dejé en una estantería del garaje. Para mí no eran cuadros, no eran pinturas, muchos no estaban acabados, eran dibujos, pruebas, a los que no di mucho valor...". relata Le Guennec. Y Danielle añade: "Tal vez ahora habríamos hecho otra cosa. Éramos jóvenes, no sabíamos. Él tenía 30 años y yo, 27".

después DE 40 AÑOS. Guardaron el contenido de la caja, jamás hablaron de él a nadie, pasaron 40 años, y hace meses Pierre decidió desenterrarlo. ¿Por qué ahora? "Porque hace un año me detectaron un cáncer de próstata. Me operaron, toco madera, y estoy bien, pero pensé que si yo moría, mis hijos se preguntarían qué eran esos dibujos, así que decidí contarles la historia y para que quedara claro que eran de Picasso, me dirigí a los herederos".

Así, en enero llamó a la sociedad Picasso Administration, en París, y explicó a una secretaria que poseía varias obras del pintor y que deseaba autentificarlas. En esta sociedad están acostumbrados a las llamadas de chiflados o de espabilados que afirman guardar en su casa un cuadro o un dibujo del artista, así que a Le Guennec le respondieron: "Haga unas fotografías y envíelas por correo". El viejo electricista, ayudado por uno de sus hijos, colocó un marco blanco de papel a cada dibujo y se puso manos a la obra: "Mientras las fotografiábamos les íbamos poniendo el título que nos parecía mejor, un poco al tuntún: a una la llamamos Bailarina, a otra Cabeza de mujer..., yo no sé". Envió una treintena de fotografías. Los de Picasso Administration le pidieron más. Obedeció. Y en septiembre, Claude Picasso, uno de los hijos del pintor y el encargado de gestionar la herencia, intrigado por esas fotografías malas en blanco y negro que escondían obras desconocidas, llamó a Le Guennec y le rogó que se acercara a París para estudiarlo todo personalmente.

"Metimos en una maletita con ruedas todos los dibujos y nos fuimos en tren a París, Danielle y yo" explica Le Guennec.

El hijo de Picasso y un colaborador contemplaron estupefactos durante tres horas el maravilloso contenido de la maleta de los dos ancianos: un pequeño cuaderno con un centenar de deliciosos dibujos de Picasso a lápiz y a tinta, de apuntes al natural, de ensayos, de caricaturas; pero también una treintena de litografías (varias idénticas), un retrato a tinta de la primera mujer de Picasso, Olga Koklowa, nueve collages cubistas que por sí solos valen más de cuarenta millones de euros, una decena de bocetos de Las tres gracias, una acuarela de su período azul y varios paisajes (muy raros en Picasso), entre otros prodigios. En ningún momento dudaron de su autenticidad. El valor aproximado de las obras guardadas en el garaje de Le Guennec ronda los ochenta millones de euros, según varios expertos franceses. Anne Baldasari, directora del Museo Picasso de París, en una entrevista concedida el miércoles al periódico Le Figaro, aseguraba: "Las numerosas piezas aparecidas tienen una importancia considerable para aclarar la obra de Picasso en su juventud. Son fondos de su taller personal, de los años 1900-1932".

ROBO. El abogado de Picasso Administration, Jean-Jacques Neuer, explica las razones que les llevaron a acusar a Le Guennec: "Para nosotros está claro que robó las pinturas. Ninguno de los dibujos está dedicado. Todos pertenecen a un período determinado, como si estuvieran archivados en un mismo sitio, en la misma caja. Nadie conoce a este señor Le Guennec de nada, no aparece por ningún lado en ninguna biografía del artista probablemente más estudiado de la historia. No creemos que fuera un amigo de Picasso". Y añade: "Si a ti te regalan unos dibujos de Picasso, los pones en tu casa, los cuelgas en las paredes, los enseñas, no los escondes en el garaje. ¿Por qué los ha ocultado durante cuarenta años? Además, no me imagino a Picasso regalándole a su electricista un lote de dibujos, muchos de ellos inacabados, o dándole unos collages surrealistas que no habría regalado ni a Braque. Todo esto no tiene sentido, es simplemente aberrante". Por lo pronto, la policía investiga con los cuadros requisados y custodiados en una comisaría de Nanterre.
Culpable o inocente

La prensa francesa defiende al electricista y subraya el hecho de que jamás haya intentado vender ningún dibujo bajo cuerda y a escondidas, ni haya intentado escapar después de hablar con Claude Picasso. Los expertos en arte, por el contrario, opinan que Le Guennec se apropió de algo que no le pertenecía, apelando a las mismas razones que el abogado de los Picasso, Jean-Jacques Neuer. Hay galeristas de Niza que opinan, sin embargo, que Jaqueline, esposa del artista, bien pudo darle la caja a Le Guennec por error y que eso explicaría el caso. El alcalde de Mouans-Sartoux, André Aschieri, solo recuerda, en una entrevista con Le Figaro, que Le Guennec ha sido siempre un vecino ejemplar del que jamás se ha conocido un episodio turbio. Y su abogada desde hace 15 días, Evelyn Rees, asegura que los herederos de Picasso tratan de ensuciar una bonita historia de gente honrada que tuvo la suerte de codearse con Picasso porque simplemente vivían a diez minutos en coche.
Pierre y Danielle Le Guennec

El electricista jubilado Pierre Le Guennec tiene cara de buen tipo y pinta de persona confiable. Desde hace una semana se ha convertido en el hombre más famoso y perseguido de Francia: cuando, por medio de un artículo en Libération, se supo que guardó durante 40 años 271 obras inéditas de Picasso en un rincón del garaje de su casa de Mouans-Sartoux, en el sur de Francia, a 20 kilómetros de Cannes, envueltas en una bolsa de plástico, según él mismo explica, al lado de sus herramientas de electricista y de un montón de cables viejos. Él asegura que se los regaló el pintor en 1973. "Y se conservaron bien", añade, con una sonrisa retraída, "a pesar de los ratones que hay ahí". Le Guennec es muy tímido, hasta el extremo de que le cuesta explicarse, y esconde la cara con las manos en un gesto repetido de impotencia.
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"La señora me las dio. Y si ella me las dio, él tuvo que haberlo sabido``, dijo Pierre Le Guennec. "El maestro debió estar enojado. Algo no le gustó, quizá estaba molesto con alguien y dijo: `Ten, dáselo al electricista``, agregó. Le Guennec es un electricista jubilado que poseía 271 obras desconocidas de Pablo Picasso, cuyo valor se estima en 60 millones de euros. Durante años, él y su esposa mantuvieron escondido el tesoro. Esta semana, los herederos del artista hicieron la denuncia y las obras fueron incautadas a espera del fallo del juez.

El electricista retirado Pierre Le Guennec (71), que asegura tener 271 obras auténticas de Pablo Picasso desconocidas hasta la fecha, no se las robó al artista malagueño, aseguró ayer su abogada Evelyne Rees.

El hombre trabajó para Picasso durante tres años hasta que éste falleció en 1973 y luego siguió trabajando para su viuda hasta que ella falleció 13 años después, explicó la abogada a la CNN, asegurando que durante todos estos años, Le Guennec "ha guardado las obras con amor".

Según publica Europa Press, Rees asegura que Le Guennec pidió a la viuda de Picasso, Jacqueline, obras del artista y ésta se las dio durante un cierto tiempo.

LA HISTORIA. El 14 de enero de este año, Claude Picasso, hijo del pintor y administrador de la herencia del artista, recibió una sorprendente carta en su oficina de París. Un tal Pierre Le Guennec le pedía un certificado de autenticidad para 26 obras inéditas de Picasso y acompañaba la solicitud con unas fotos de no muy buena calidad.

El 30 de abril, el hijo del pintor recibió otra remesa de malas fotografías y otro texto asegurando que se trataba también de obras de Picasso. Nuevamente, Le Guennec que vive en una pequeña casa de un pueblo de la Costa Azul llamado Mouans-Sastoux, le reclamaba el certificado de autenticidad de las piezas.

Según publicó el lunes en exclusiva el diario Libération, Claude Picasso, intrigado por la revelación, se puso en contacto con Pierre Le Guennec y le pidió una cita aduciendo que le era imposible calibrar el origen de los cuadros -y su valor- si no los veía personalmente.

El 9 de septiembre, Pierre Le Guennec y su mujer se presentaron en París cargando una maleta. De ella, para sorpresa del hijo del artista y de varios colaboradores expertos, surgieron, entre otras maravillas, cuadernos llenos de dibujos, litografías, deliciosos retratos a tinta de la primera mujer de Picasso, Olga Khokholova, collages cubistas que por sí solos valen 40 millones de euros, acuarelas del período azul, bocetos de manos, caricaturas, estudios para Las Tres Gracias, dibujos y paisajes. Todo llevado a cabo por Picasso entre 1900 y 1932, uno de los períodos más productivos del artista.

Tras examinar el cargamento de la maleta durante tres horas, los expertos concluyeron que nadie en este mundo podría haber imitado tan perfectamente tantas técnicas diferentes y que se encontraban ante una inesperada montaña de Picassos tan auténticos como desconocidos.

Preguntaron a Le Guennec: ¿Cómo es que todo esto obra en su poder? Él respondió que en los últimos tres años de vida del artista, él se ocupó de las instalaciones eléctricas de sus tres residencias, y de colocar, entre otras cosas, varias alarmas antirrobo. Y explicó que las obras que contenía la maleta procedían de un regalo que le hizo el artista poco antes de morir.

OTRA VERSIÓN. A la policía que investiga el asunto Le Guennec le dio otra versión, siempre según la publicación de Libération, asegurando que quien en realidad se las regaló fue la última esposa de Picasso, Jaqueline de Vallaurais, fallecida en octubre de 1986.

Tras reunirse, los seis herederos del pintor decidieron denunciar al electricista. A juicio de ellos, es imposible que el artista, obsesionado por conservar todo, regalara esa cantidad de obras, ninguna datada ni dedicada e incluso, algunas sin terminar.

Claude Picasso, hijo de la relación que el pintor mantuvo con Francoise Gilot, explicó a Libération: "Él guardaba todo, los billetes de metro, las entradas de una obra de teatro o de una corrida de toros. Incluso las cuerdas que envolvían el correo que le traían cada día. Él pensaba que todo podía servir. Casi 200.000 objetos suyos se han conservado e inventariado. Y dar así, un regalo así, no se tiene en pie, francamente. Todo eso era parte de su vida. Él era generoso. Pero también databa y dedicaba siempre sus regalos. Y Jaqueline pudo regalar una postal o un libro pero todo eso está fuera de lugar".

Por lo pronto, la policía francesa se ha incautado del tesoro que entregó Pierre Le Guennec.

Las obras se guardan en la caja fuerte de las dependencias de la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales, en Nanterre, en los suburbios de París. Ahí permanecerán hasta que un juez decida a quién pertenecen.

Rees, la abogada del electricista, agrega el tercer interrogante de la historia: "¿Por qué, si todo era robado, se iba a meter él solo en la boca del lobo después de 40 años?" EL PAÍS DE MADRID
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Unas 271 obras desconocidas de Pablo Picasso, de 1900 a 1932, fueron descubiertas y los herederos del pintor sentaron una denuncia contra quien resulte responsable. Su valor se estima en 60 millones de euros, y los presentó una pareja de septuagenarios de la Costa Azul, que querían certificados de autenticidad, en particular del hijo del pintor, Claude Picasso, administrador de la sucesión. (AFP)


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Picasso, Miró, Gaudí y Casals, convertidos en atractivo turístico




Los municipios de Horta de Sant Joan, Mont-roig del Camp, Reus y El Vendrell impulsarán "El Paisaje de los Genios", un proyecto para crear y desarrollar una oferta turística que aproveche el potencial de la vinculación de las figuras de Pablo Picasso, Joan Miró, Antoni Gaudí y Pau Casals al territorio.
Este producto cultural intangible tiene que desarrollar "una oferta turística singular, integradora, especial y diferenciada, utilizando los valores asociados a estas figuras universales", han explicado los responsables de la iniciativa.
En este sentido, pretende aprovechar el prestigio internacional de Picasso, Miró, Gaudí y Casals, así como "un entorno turístico y político favorable junto con la tendencia creciente del mercado de turismo cultural".
El objetivo es promover el territorio y la economía local a través de su vinculación con la figura de los genios y generar una imagen de destino de turismo cultural en la Costa Dorada y las Tierras del Ebro, han apuntado estas fuentes.
Además de los cuatro municipios impulsores, el Patronato de Turismo de la Diputación de Tarragona y la Universitat Rovira i Virgili (URV) han suscrito un convenio de colaboración para llevar a cabo la iniciativa, después de realizar un estudio previo para la estrategia de desarrollo del "Paisaje de los Genios".

El Centro Picasso, en Horta de Sant Joan.
Dicha diagnosis del Patronato de Turismo y del Grupo de Investigación de Análisis Territorial y Estudios Turísticos de la URV ha puesto de manifiesto las fortalezas del territorio, como son "la singularidad y distinción de los genios, la existencia de equipamientos físicos de referencia vinculados a estas figuras universales y los valores compartidos por estos genios".
Por otra parte, el proyecto prevé un plan de actuaciones, así como un organismo externo que gestione la oferta turística vinculada a los genios. En este contexto, se ha creado la oficina técnica de desarrollo de producto, que tiene su sede en el Parque Científico de Turismo y Ocio, situado en el Campus Vila-seca de la URV.
En Horta de Sant Joan, donde el pintor malagueño pasó dos temporadas, se encuentra el Centro Picasso. La primera, convaleciente, a partir del verano de 1898, invitado por su amigo Manuel Pallarés, estancia que se prolongó hasta febrero de 1899, y, la segunda, durante el período de mayo-agosto de 1909, en compañía de Fernande Olivier.
En Mont-roig del Camp está el Centro Miró. Joan Miró llegó a esa localidad en 1911 para recuperarse de una enfermedad y regresó durante todos los veranos hasta su muerte, mientras que en El Vendrell se halla la Fundación y el Museo Pau Casals, ya que el genial violonchelista nació en este municipio en 1876.
Finalmente, Reus acoge el Gaudí Centre, el único centro de interpretación sobre la vida y la obra del arquitecto, cuyo nacimiento se sitúa entre la capital del Baix Camp y Riudoms.
HOSTELTUR (actualidad@hosteltur.com)

HOTEL CONCORDIA

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Uruguay 749 - Tel: 473 32735 - Salto - URUGUAY

La Casona del Daymán

La Casona del Daymán
Ruta 3 Km,483 - A 5 km.de Termas del Daymán y 10 de la ciudad de Salto, Uruguay - Informes: Salto: (0598-73) 35007-32154 - Montevideo: Telefax (0598-2) 782334